Según Sergio Quiroga, presidente de Ericsson CALA, la empresa de telecomunicaciones sueca podría cerrar operaciones en Brasil, si el gobierno de dicho país mantiene su posición sobre la Ley de Informática.
La ley de Informática de dicho país suramericano es cuestionada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y en opinión del directivo de Ericsson, es esencial para mantener en funcionamiento la planta instalada en Brasil y que da empleo a 1.500 trabajadores. El gobierno insiste en modificar algunos aspectos, pero no acepta las sugerencias hechas por la OMC, en particular la norma que otorga beneficios a la producción local de equipos electrónicos y de telecomunicaciones, y que podría ser modificada a partir de la disputa que Brasil tiene con la Organización Mundial de Comercio.
Sergio Quiroga, admitió la posibilidad real de cerrar operaciones y cualquier tipo de actividades de la planta en Brasil si esta nación perdía la disputa en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en relación a la ley de Informática, que ofrece incentivos para la producción local de equipos de telecomunicaciones electrónico a cambio de inversiones en investigación y desarrollo.
“Estamos resistiendo. Mantenemos la fábrica en Brasil, que la construimos en 1955, pero con estas disposiciones legales es muy difícil convencer a la directiva en Suecia y para mantener la planta en el país y no despedir a nuestros 1.500 empleados. Yo me apoyo mucho en la Ley de TI para seguir defendiendo este mantenimiento, y haré todo lo posible para mantenerlo, pero sin el apoyo legal es difícl hacerlo. Cerrar operaciones es una opción”.
La diferencia con la OMC llevan ya tiempo. Sin embargo, se agudizaron a principios de 2015, cuando la Unión Europea y Japón pusieron en duda la política industrial brasileña, en particular lo referente a políticas automotrices, pero que pueden tener consecuencias sobre la Ley de Informática.
Se espera un dictamen para principios de 2017 sobre la norma que otorga beneficios a la producción local de equipos electrónicos y de telecomunicaciones, y que podría ser modificada a partir de la disputa que el Estado de Brasil tiene con la Organización Mundial de Comercio.
La empresa cuenta con la fábrica de São José dos Campos desde 1955, la más longeva de Ericsson a escala global. En las instalaciones trabajan 1.500 empleados directos, además la fábrica cuenta con casi todo el portafolio de la empresa y dentro de sus empleados hay 400 personas que se dedican a investigación y desarrollo. Ericsson apoya la postura gubernamental.