Las Fintech hoy están en el campo de la banca de consumo y personal. Sin embargo, no se descarta que puedan atacar otros segmentos como las micro, pequeñas y medianas empresas.
CIO América Latina | Mario A. Beroes Ríos | @marioberoes22
La banca en Latinoamérica cumple dos años atravesando un ciclo recesivo. Muchas y variadas son las razones que han hecho que esto ocurra, desde el embate directo de los choques financieros que se registran en Europa y el sudeste asiático, hasta la devaluación de muchas de nuestras monedas nacionales y la ingente necesidad de ganar mercados externos en el mundo.
A esto podemos sumar la menor inversión extranjera directa en la región que en el año 2015 cayó un -10%, con la única excepción de la economía peruana, que sostiene uno de los crecimientos más altos de la región, y con tendencia a mejorar, bajo un entorno de inflación controlada y manejo fiscal, hasta ahora aceptable.
La realidad está lejos de ser esa para la economía regional y mundial. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo un llamado a las autoridades de política económica del mundo para evitar caer en una trampa de bajo crecimiento económico a nivel mundial.
Sin embargo, la luz al final del túnel parece titilar para el sector financiero y esa luz se la está ofreciendo la tecnología digital. Por lo menos así lo vislumbran los principales integrantes de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), quienes coinciden en que “el mundo de la tecnología y los avances en la informática lucen como una oportunidad para que este proceso sea interesante y provechoso para nuestras organizaciones”.
Giorgio Trettienero Castro Lima, secretario general de Felaban, cree que en materia de tecnología e innovación hay mucho por decir, por lo menos en lo que a la banca latinoamericana le interesa o tiene que ver con ella. Considera que los avances en muchos campos “han venido cambiando los modelos de muchos negocios a velocidades que hace muy poco nos hubiera resultado difícil de imaginar”.
“Por un lado, estamos frente a una nueva generación de negocios que cambiarán la productividad, recompondrán el empleo y definirán nuevas necesidades de capacitación. También impondrán nuevos desafíos a todos los negocios. La banca no es la excepción a esta tendencia y por ende, tendremos que seguir pensando y reformulando de qué forma nuestro modelo de negocio puede seguir siendo competitivo para un público cada vez más exigente y cercano al mundo digital”.
Lo On-line se impone
Durante su exposición en el XVI Congreso Latinoamericano de Innovación Tecnológica, que se celebró en la ciudad de Lima, Castro Lima reconoció que el criterio On-Line es el que prevalece en el diario transitar de las instituciones financieras. Explica que es preferible, desde la comodidad de un teléfono celular en cualquier lugar de la geografía mundial, realizar una transacción bancaria.
“Un reto adicional que surge en este contexto, es la aparición de competidores en el mundo de la intermediación financiera que ofrecen crédito y a veces captan recursos del público; las empresas Fintech”.
Esto, aunado a la creciente convergencia entre la telefonía celular y los servicios de internet, llevaron pronto a estas compañías a incursionar en mercado de los préstamos. El efecto no ha sido menor de acuerdo con un informe del banco Goldman Sachs, en el 2009 estas firmas tenían créditos por 26 millones de dólares, mientras que en el año 2014 los préstamos alcanzaron los 4.000 millones de dólares.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, las Fintech hoy están en el campo de la banca de consumo y personal. Sin embargo, no se descarta que hacia el futuro las mismas puedan atacar otros segmentos de negocio como lo son las micro, pequeñas y medianas empresas.
Según el informe de investigación The Future of Finance, elaborado por el banco Goldman Sachs, la banca en Estados Unidos puede perder entre el 7 y el 10% de sus utilidades por el efecto de las Fintech. Destaca el secretario general de Felaban que si bien la banca apoya y cree que la tecnología es una herramienta fundamental para el progreso moderno, “también hay que decir que si las Fintech, o cualquier otro actor entra en el negocio del crédito, es necesario que exista un tratamiento equitativo frente a las normas, las habilidades y las exigencias que la ley hace, para quienes están presentes en esta industria”.
“Esto para no comprometer el buen manejo de los recursos del público, las variables que intervienen en la ecuación de la estabilidad financiera y el papel que cumple el crédito en las economías de libre mercado al financiar aquellos proyectos de inversión y consumo que son viables y rentables”.
Para Castro Lima, el banco moderno debe innovar, creando centralización en modelos de negocios y productos finales, donde existan: a) organización colaborativa; b) más agilidad; c) apertura a nuevas posibilidades digitales; d) comunicación en colaboración en línea con los clientes. “Todo esto implica se debe estar en mayor interacción con toda la organización, con énfasis en las áreas de relación con el cliente, comerciales y de producto”.
Cuellas López: Las Fintech no matarán la banca tradicional
Por su parte, María Mercedes Cuellas López, presidenta de Felaban, coincidió en lo duro de la crisis y como ha impactado en el sector financiero. Añadió que esa es una de las razones por la cual los bancos centrales han venido adoptando políticas monetarias restrictivas lo que, sumado al menor espacio fiscal, pone a la región frente a un escenario en el que el crecimiento de la actividad productiva ingresa a sus cuarteles de invierno.
“Es evidente que la industria financiera global encara nuevos desafíos con la revolución digital. El talante de estos nuevos sistemas es libre, abierto y con tecnologías sencillas que están al alcance y disposición de un gran número de agentes económicos. Es por ello que no podemos olvidarlos y mucho menos ignorarlos”
“Las Fintech por más que crezcan en los mercados no mataran a los bancos”.
Explica la presidenta de Felaban, que de acuerdo con un reporte de esta institución, buena parte de las Fintech no tiene la más mínima intención de terminar quedando supervisadas con los mismos criterios de la banca, por lo que desistiría de ser una entidad financiera en el sentido formal. Incluso, muchas Fintech admiten que para operar dependen de los bancos para llevar a cabo sus transacciones, puesto que reconocen que los bancos son los mejores custodios de los recursos del público a través de las cuentas de ahorro y corrientes.
“La regulación y supervisión financiera actual implica colosales costos para la banca. Estamos corriendo el riesgo de que las exigencias legales y normativas generen un aislamiento de la banca en especial en las jurisdicciones de menor tamaño. Según la firma KPMG en un sondeo entre 300 bancos, se encontró que los costos económicos de las lucha contra el blanqueo de capitales creció más de un promedio anual del 50% entre 2001 y el 2014″.
Hoy la banca del mundo emergente debe atender los requerimientos de las autoridades del mundo industrializado. Nuestros banqueros entonces trabajan por atender supervisiones supranacionales, que muchas veces no están en el radar, y que por supuesto incrementan los costos y hacen más compleja la actividad bancaria.