En un proyecto de software, cuando hablamos del proceso del aseguramiento de la calidad, tenemos que tener claro, que este, se tendrá que dividir en una serie de subprocesos que nos ayudarán a cubrir las necesidades que queramos abordar.
Por: Víctor Gómez Adán | @victorgomezadan
Estos subprocesos, en su esencia, tienen que ser tres, pero pueden aparecer más dependiendo de lo que el trabajo que realicemos nos demande. Vamos a desgranarlos y verlos en más detalle:
1. Planificación. Cuando nos enfrentamos a un proyecto que nos pida un proceso de calidad, el primer punto es elaborar un plan que defina las diferentes actividades, procedimientos y recursos necesarios para que el ciclo de vida de la aplicación continúe y satisfaga los requisitos de calidad que han sido establecidos cuando se pensó al iniciar el software.
Este plan tiene que ser, necesariamente, exigente y comprometido, ya que de él dependerá que al cliente final llegue un software con una tasa de calidad alta, que funcione como debe y que cumpla con la idea que se tiene de él.
Lo más importante es que a la hora de sacarlo a la luz y que el equipo de trabajo lo procese y ejecute, no se debería de cambiar en gran medida, ya que para ello existe la evaluación, en el siguiente punto, que ampliará las características del mismo y volverá a llevar por el buen camino el proyecto aplicando las medias correctoras necesarias.
Estas medidas correctoras tienen que ser acordadas por todos los equipos de trabajo que existan en el proyecto ya que serán usadas a lo largo del ciclo de vida del software para mejorar el trabajo diario a corto y medio plazo. Casi, seguramente, a largo plazo, existirán otras medidas correctoras que nos ayuden a volver a encauzar la forma de trabajo.
2. Evaluación: este subproceso es realmente importante para encauzar el proyecto al camino que la empresa realmente quiere, tiene que estar compuesto por todos los equipos técnicos y no técnicos que agrupan el proyecto, aportando todos ellos su granito de arena y su punto de vista.
En él, se tratará de realizar una serie de evaluaciones a lo largo de las diferentes fases de software permitan determinar si lo que se está desarrollando cumple con las exigencias para lo que fue planteado.
Además de ir evaluando periódicamente que el proceso se cumple exactamente igual que cuando se comenzó.
Durante la evaluación del software en las diferentes fases, se irán creando medidas correctoras que ayuden a que se pueda finalizar con las máximas garantías la totalidad del proyecto. Estas evaluaciones tendrán que generar informes y documentos que formen parte del histórico que podrá ser utilizado para que en futuros proyectos no nos volvamos a encontrar con los mismos problemas e implementemos las soluciones desde el principio.
3. Comunicación: Cuando cualquiera de los dos puntos anteriores no se está cumpliendo es totalmente necesario realizar una comunicación para volver a encauzarlos, tomando las medidas oportunas, ya que si no, el fin para el que se diseñó el software puede quedar diluido en el tiempo y no conseguirse su objetivo de manera correcta.
Una vez que se han detectado los incumplimientos en el proceso, es necesario evaluarlos para tomar las medidas adecuadas y proceder a realizar un histórico que será muy útil para futuros proyectos. Este, también estará formado por datos, informes y documentos resultantes de las diferentes evaluaciones.
Es realmente importante que, mínimo, estos tres subprocesos se lleven a cabo, ya que si no, el ciclo de aseguramiento de la calidad, casi con seguridad, no se pueda cumplir o tendrá fugas que no permitirán tener un éxito rotundo.
Es necesario que cada proyecto y cada empresa realicen unos mínimos cambios en su manera de trabajar para poder brindar a sus clientes unos productos que sean dignos del nombre que defienden.