La factura electrónica es, más allá de la obligación fiscal, un elemento clave para mejorar cuestiones operativas y de relacionamiento de las Pymes. Su uso conlleva importantes beneficios. Hace más eficiente la actividad y es un fuerte dinamizador del negocio en el ámbito privado.
CIO América Latina| Mario A. Beroes Ríos| @marioberoes22
Diana Salazar, directora comercial de Edicom, multinacional española especializada en facturación electrónica e Intercambio Electrónico de Datos (EDI), asegura que las ventajas de la facturación electrónica y su uso en las Pymes es, además de una gran ayuda, un aporte a la seguridad.
“En cuanto al tema de la seguridad, la factura electrónica garantiza su integridad y autenticidad. Sin duda, el ahorro de los costos económicos es el que tiene mayor visibilidad, aunque existen otras ventajas como la agilidad del procedimiento y la reducción de la huella ecológica”.
Salazar engloba en siete aspectos los principales aportes de este sistema legal y mercantil. Considera que el primero, es el ahorro económico, “de hasta el 90%, en comparación con el proceso tradicional“. Añade que también se produce una mayor productividad y agilidad en el proceso, gracias a la automatización de las tareas.
“Se acortan los tiempos de entrega de la factura y, por tanto, y muy importante para el empresario, los de cobro. Al aumentar la seguridad disminuye el número de errores; se tiene una mejor accesibilidad a las facturas, ya que basta con realizar una búsqueda de archivos rápida y sencilla en el programa de gestión; y, algo muy importante desde mi punto de vista, la reducción de la huella ecológica, debido a la minimización de la inversión en papel e impresión.
Destaca la directora de Edicom, que no se debe dejar por fuera la importancia de la facilidad para adoptar otras nuevas tecnologías en la empresa y abrirse al comercio internacional.
-Soy una convencida de las ventajas de la facturación electrónica. En América Latina países como Chile, Colombia, Argentina y Venezuela han dado pasos agigantados para lograr la operabilidad total, cuestión que, no dudo, beneficiará al sector de las Pymes de manera positiva y concreta.