Una gran cantidad de información errónea rodea la orden judicial que requiere de la empresa de tecnología Apple, su “colaboración”en el caso del acceso del iPhone del fallecido terrorista San Bernardino, Syed Farook.
Según Ira Winkler es presidente de Secure Mentem y autor del libro “Espías entre nosotros”, parte de la información errónea ha venido del mismo CEO de Apple, Tim Cook . Algunas personas se quejan del hecho de que tener que ceder al requerimiento judicial del FBI, sería un duro golpe a la privacidad de los ciudadanos estadounidenses . He aquí cinco hechos para poner esos temores en perspectiva:
- El FBI quiere que la empresa Apple le autorice utilizar el software que pasa por la función de dispositivo de limpieza que se activa después de que se han introducido 10 códigos de acceso incorrectos. Esta es una característica de seguridad diseñada para proteger los datos cuando un dispositivo se pierde o es robado. El FBI quiere ser capaz de entrar en todos los códigos de acceso posibles en este teléfono específico.
- El FBI quiere Apple lo autorice para instalar el software de forma digital. Si el software no está firmado digitalmente por Apple, el iPhone no aceptará la actualización. Este es el elemento es clave en este caso; sin el permiso para acceder de manera digital de Apple, iPhone que permanecerá bloqueado.
- El software nunca tiene que dejar el control de Apple y puede ser destruido inmediatamente después de éste uso. Apple afirma lo contrario.
- Nada de lo que el FBI ha pedido que debilitaría el cifrado.
- El caso plantea la cuestión de cuándo un gobierno puede exigir que un desarrollador no ayude a eludir las medidas de seguridad. Esta es una preocupación legítima de política, y si el caso de San Bernardino establece un precedente que lleva a frecuentes demandas de este tipo de asistencia, entonces hay una mayor posibilidad de que el software utilizado pudiese ser más accesible.
Que el FBI tiene que esperar por la cooperación de Apple, es un testimonio de la intensidad de las medidas de seguridad de Apple. La resistencia de Apple parece hecha para posicionarlo como un defensor de la privacidad, pero la postura de hecho resta importancia a la eficacia de sus protecciones de privacidad.