La batalla legal entre la compañía Apple y el FBI, un cuerpo con competencias federales y policiales del gobierno de los Estados Unidos apenas empieza. Pero es un capítulo más entre los intereses de seguridad nacional versus la ciberseguridad. Todo esto a raíz del pedido policial para hackear el iPhone de un pistolero.
En esta batalla legal son muchas las cosas que están en juego. Lo que suceda puede llevar a una serie de sorpresas, quizás no tan agradables; además se sentaría un precedente sobre la seguridad de todos, en Estados Unidos y a nivel global. Si existiese una puerta trasera para el FBI, en la práctica la seguridad del iPhone dejaría de existir. La prueba más evidente está en el número de veces que han sido hackeados los servidores de la Agencia Federal de Investigaciones, mejor conocida como el FBI.
Si Apple cede, crearía o dejaría para siempre un precedente muy peligroso. Samsung, Google, Microsoft o cualquier empresa vinculada o no con el ámbito de las telecomunicaciones, tendrían que crear una “puerta trasera” para el FBI o para cualquier organismo de seguridad; estadounidense o no, y cuando éste lo solicite.
Esto puede ser tomado como un ejempl,o para otros gobiernos, y no con tanto talante democrático o participativo como el que exhibe la administración Obama. ¿Qué pasaría si ya no es el FBI sino la KGB o el Ministerio de Seguridad Nacional de China, o el de Relaciones Interiores, Paz y Justicia de Venezuela fuese el que hiciese la solicitud? ¿No tendrían ellos el mismo derecho en Rusia o en China o Corea del Norte, de exigirle una intervención a Apple para tener acceso a los iPhones de sus ciudadanos alegando razones de seguridad nacional?
Cualquier dictador de cualquier país se sentiría en derecho de pedirle a Apple o a Google o a Facebook o a Amazon, tener acceso a la información de sus dispositivos, sean estos iPhones, nubes, servidores, laptops. Dilma Rousseff, Nicolás Maduro, Vladimir Putin, Assad o el mismo gobierno chino tendrían el derecho de pedirle a cualquier compañía acceso a la información para salvaguardar la supuesta “seguridad nacional” de sus países.
Si Apple cede, además, afectaría en su conjunto a la industria de tecnología y debilitaría la confianza que los usuarios tienen en que su información es segura y privada. ¿Dónde quedaría la sociedad de la información?
Pichai y Snowdewn apoyan a Apple
Edward Snowden en su cuenta de Twitter dejó escrito el siguiente comentario: “el FBI está creando un mundo donde los ciudadanos confían en Apple para defender sus derechos y no al revés“. Sundar Pichai, CEO de Google, también respaldó a Apple en su posición. “Cook tiene mucha razón. Poner en peligro la seguridad de nuestra información personal en última instancia puede poner nuestra seguridad personal en riesgo”.
Hay un problema de confianza en los gobiernos, y esto es a nivel mundial, ya que nuestros mandatarios, sean de donde sean, se basan en el poder; lo ejercen y no siempre en beneficios de sus ciudadanos. Historias hay por montones y a ambos lados del océano. La seeguridad de todos y cada uno de nosotros está por encima del derecho del FBI y de cualquier organismo policial de desbloquear un teléfono, así ésta información pueda conducir a encontrar pistas o culpables.
En el momento en que ya no podamos confiar en que Apple, Samsung, LG, Huawey, HPE, Ericsson, Microsoft, Facebook o cualquiera de las empresas conocidas garantice la seguridad de nuestra información, ya no queda nadie más en quien confiar. Y la verdad, como bien lo señala el periodista Felipe Lanus, ” es que hace mucho tiempo dejamos de confiar en los gobiernos”.