La japonesa Toshiba requiere una línea de créditos de 2.500 millones de dólares para depurar procesos y cuentas.
La necesidad de estos recursos es parte de las consecuencias que aún arrastra la empresa japonesa debido al escándalo contable revelado en el mes de julio y que, entre otras acciones, llevó a la renuncia del CEO del momento, Hisao Tanaka.
El escándalo reveló que Toshiba había estado inflando sus ganancias desde el 2009 por 1.300 millones de dólares lo que, ahora, la obligan a una reestructuración a gran escala que, para ser ejecutada, requiere que pida una nueva línea de crédito de 300.000 yenes (unos 2.490 millones de dólares) para finales de enero.
El diario financiero Nikkei ha adelantado que la empresa probablemente solicitará la ayuda que ha reconocido este martes que solicitará a bancos como Mizuho Bank y Sumitomo Mitsui Banking Corp.
Se busca un financista
Ya en septiembre el grupo de empresas había solicitado un préstamo por 400.000 millones de yenes sin que haya mejorado la previsión de pérdidas récord en este año fiscal.
Además, calificadoras de riesgo como Moody’s han reducido la calificación de riesgo de la empresa. Otro tanto ha pasado con la bolsa de Tokio, institución que colocó los títulos de Toshiba bajo una categoría especial de “observación”.
Todo ello dificulta recaudar fondos a través de emisiones de deuda o de nuevas acciones.
Toshiba explicó la semana pasada que eliminaría 6.800 empleos en el área de bienes de consumo electrónicos , lo que llevó el total de despidos a 10.000, incluyendo planes anunciados con anterioridad, en momentos en que el conglomerado busca enfocarse en sus negocios de microprocesadores y energía nuclear.
La obtención de los 2.490 millones de dólares permitiría a Toshiba un margen de recursos para recuperarse tanto del escándalo como de las pérdidas para este año de los cuales aún no hay un estimado.