Se llama Carsten Waldeck, es ciudadano alemán y acaba de presentar su smartphone en la Feria Internacional de Tecnología IFA. Según sus palabras con este smartphone “se inicia el camino de su país en el mundo de los teléfonos inteligentes. Es el Shiftphone.
La tecnología y sus innumerables avances han hecho de los teléfonos celulares o móviles algo más que un símbolo de estatus. Ya no es el simple hecho de poseer uno, que se nos ha convertido en algo necesario en nuestras vidas; es que dichos aparatos se han convertido en una herramienta de trabajo que están haciendo cambiar las relaciones de trabajo en cuanto al concepto de asistencia o presencia en el mismo.
Con algunos modelos se puede hacer del mundo un lugar un poco mejor, tal como lo asvera el reportaje de la agencia alemana de noticias DW. Ya sea a través de las materias primas de comercio justo o de aquellas piezas defectuosas reemplazables.
Waldeck no es el primer fabricante de smartphones “justos”. En los últimos dos años, Fairphone se ha establecido de forma pionera en el mercado de los Países Bajos. Sin embargo, Samsung y Google también están experimentando con ideas parecidas. El concepto de los teléfonos inteligentes sostenibles ha llegado a la industria electrónica.
¿Cambia el concepto y mejora el servicio?
Desde hace años, organizaciones como China Labour Watch critican las condiciones de trabajo, en muchos casos inhumanas, de las fábricas de teléfonos móviles. Asimismo, la reducción de los llamados metales de conflicto es otro problema importante para la industria. Y es que los metales y las tierras raras han hecho de la electrónica de los dispositivos un cofre del tesoro.
El coltán, por ejemplo, se extrae sobre todo en las minas del Congo. El país lleva mucho tiempo sumido en una guerra civil que también se financia con los beneficios que reporta la extracción de este mineral. Puesto que también los niños se ven obligados a trabajar en las minas, celulares como el Shiftphone ayudarían a acabar con estos abusos. Y es que no está fabricado con ninguno de estos materiales.
Por ello, la misma compañía lo deja muy claro en su página web: “nuestros teléfonos están libres de materiales de conflicto como el coltán”. Buenas condiciones de trabajo y la ausencia de mano de obra infantil son otros requisitos a la hora de producir estos smartphones. Eso sí, es una cosa que sólo se puede comprobar in situ. De hecho, la compañía no indica dónde se fabrican los terminales. La empresa tampoco aclara el origen del resto de materias primas que utilizan. “Con respecto a los salarios de los trabajadores, podemos decir que ganan más que nosotros con la producción”, dijo Waldeck en una entrevista para Deutschlandfunk.
Este tipo de medidas limita el desarrollo de los Shiftphones. El primer dispositivo salió al mercado con muchas debilidades. Justo después del lanzamiento, Waldeck publicó en su blog“que cambiarían todos los terminales Shift7 que presentasen problemas”. Algunos de ellos no reconocían las tarjetas SIM, en otros el cristal frontal hacía contacto con la pantalla y el resultado era parecido a una mancha de aceite.
El mercado y la competencia
Los nuevos dispositivos ya se pueden adquirir en tiendas on-line. Y es que hasta ahora, el Fairphone sólo se podía adquirir en la propia página del fabricante. “Estamos muy entusiasmados con este primer paso”, escribió Waldeck en su blog.
Los problemas que presentaba el primer terminal serán resueltos con la llegada de la segunda entrega, en menos de medio año, indica el alemán Waldeck. Además, aparte del Shift7 de formato tablet ya es posible adquirir el nuevo Shift5, más pequeño.
El precio de 222 euros del Shift7 es bajo en comparación con el de otros terminales de la competencia. Esto le otorga, al menos, una ventaja en el aún joven mercado de los teléfonos sostenibles.