2. Interfaz única. ¿Cómo se recopilan sus datos? Esa es una cuestión clave. Hay que evitar prácticas de “copiar y pegar” y asegurarse de que los datos se recogen de forma automática y bien integrada en una interfaz. Cuanto menos se tenga que trabajar en los datos de forma manual para integrarlos en los sistemas de RRHH, más correctos y útiles serán. Así, es necesario escoger una única interfaz para recopilar los datos que sea de fácil acceso para todo el equipo.
3. Lograr simplicidad. Luego de la selección de datos y el mecanismo para recogerlos, es necesario decidir qué tipo de análisis necesita. Para ello, es importante recordar el valor de la simplicidad, comenzando con el análisis de correlaciones simples que permitan comprender los mecanismos y los tipos de resultados predictivos – fundamentales para decisiones de selección y contratación – que se podrían obtener.
“El uso de big data mejorará la estrategia y la contribución de los RRHH al negocio”, explica David Mihala, “pero hay que ir paso por paso, en caso contrario, los big data serán otro problema más que hay que gestionar”.