Con frecuencia, la gente piensa que el Internet de las Cosas (IoT) va solo de termostatos inteligentes, neveras que hacen la compra y balizas inteligentes (beacons) baratas. Esta visión tan simplista no nos permite percibir correctamente tanto las promesas como las amenazas del IoT.
Por Boris Kraft, Co-Fundador y Chief Visionary Officer (CVO) en Magnolia CMS International LTD.
El concepto del IoT va mucho más allá, y se trata de añadir sensores, lógica y conectividad a cualquier cosa que uno se pueda imaginar. En el mundo IoT, una enorme cantidad de datos que sólo podría recopilarse y procesarse con un gran esfuerzo humano, ahora puede ser fácilmente reunida y cuantificada. Con una pequeña inversión, casi cualquier cosa que sea más grande que un sello postal puede ser localizada y observada. Y si hablamos de objetos grandes y más inversión, las posibilidades son aun mayores, y se amplifican cuando los dispositivos interactúan con otras cosas conectadas al Internet de las Cosas.
Proveedores de tecnología e integraciones mal enfocadas
El complejo conjunto de herramientas y servicios que potencia la experiencia digital moderna a menudo tiene en su núcleo un sistema de gestión de contenidos (CMS). Esto podría considerarse una bendición o todo lo contrario para los proveedores de CMS. Por una parte, sus soluciones son tremendamente importantes para los nuevos negocios digitales, pero por otro lado, tienen que luchar por mantenerse al día con la gran cantidad de soluciones y servicios con los que deben integrar su producto. La presión por salir al mercado obliga a menudo a los proveedores a elegir entre soluciones basadas en suites cerradas que limitan las opciones del cliente, o integraciones hechas “para salir del paso”, que no funcionan demasiado bien.
El IoT magnifica este problema. El hecho de que los CMSs sean fundamentales para la experiencia digital significa que el IoT debería estar integrado en el CMS. Sin embargo, esto aportaría miles de nuevos puntos potenciales de integración al problema. Para capitalizar la promesa del IoT, los proveedores de CMS deberán adoptar estrategias de negocio y estrategias de producto que permitan que la integración con nuevos servicios, herramientas y tecnologías sea fácil, robusta y predecible. Aquellos que no lo hagan se quedarán atrás o se verán forzados a especializarse en nichos concretos.
Experiencia del consumidor digital en los albores del IoT
El internet de las cosas proporcionará muchas posibilidades a los consumidores en los próximos años. Del mismo modo en que los smartphones remodelaron no solo lo que la gente creía posible sino también lo que daban por hecho, el IoT cambiará drásticamente lo que la gente hace, así como la forma de hacerlo y los resultados esperados de esas acciones. A futuro, se espera que el uso del IoT en la experiencia digital destaque entre los consumidores fundamentalmente por lo siguiente:
- Facilidad. El principal efecto del IoT en los consumidores es que facilitará aquellas interacciones que hasta ahora resultaban agobiantes y estresantes. Por ejemplo, los sensores pueden guiar al consumidor de manera efectiva desde su ubicación actual hacia su destino, un caso representativo sería obtener indicaciones de cómo ir desde la primera fila de un concierto hasta el lugar donde tienen el coche aparcado, teniendo en cuenta el flujo de personas que hay en las puertas de salida; o en un aeropuerto, proporcionando a los viajeros información en tiempo real que les permita pasar más tiempo en un restaurante o tienda, y estar menos estresados a la hora de embarcar.
- Expectativas. Una vez que los consumidores se acostumbran a ser servidos más rápidamente y de manera más personalizada, sus expectativas aumentan. Por ejemplo, una vez que te acostumbras a que te sirvan instantáneamente tu plato favorito en un restaurante (porque un dispositivo inteligente te permite hacer tu pedido favorito con un solo click), esperar a que te sirvan la comida no volverá a ser un opción válida para ti.
- Invisible. Una lavadora que identifica por sí sola cuánta ropa hay para lavar y cuán sucia está, puede ajustar automáticamente la cantidad de detergente y el ciclo de lavado. El consumidor no notará este proceso, pero le ahorrará tiempo, dinero y energía. La lavadora puede también contactar con el consumidor cuando el lavado finalice, lo cual también se traduce en ahorro de tiempo.
- Intrusivo. La otra cara de la moneda del IoT es que a veces tiene consecuencias no deseadas, como todos los grandes cambios tecnológicos. Su naturaleza intrusiva, conlleva muchas preocupaciones legales y de privacidad. En última instancia, el IoT está obligado a incluir vigilancia ubicua; basta con pensar en el inquietante caso de un sitio web transmitiendo en directo desde cientos de miles de cámaras de seguridad.
- Raro. Independientemente de la promesa que representa el IoT para el consumidor, el Internet de las Cosas tiene –especialmente en esta etapa temprana de su desarrollo– un alto potencial para ofrecer experiencias digitales raras. Este potencial va desde pequeñas cosas que podrían considerarse graciosas (como una mala personalización al mostrar información para cierta audiencia) hasta amenazas vitales como ofrecer datos de localización incorrectos, en una situación dada. También esperamos ver la proliferación de accesorios banales conectados como IoT: ¿Alguien necesita una huevera conectada?
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