La explosión de los datos en las empresas, derivados del Big Data, obliga a redefinir los modelos tradicionales de gestión y explotación de la información. En este nuevo escenario, donde los datos son dinero, las empresas deben incorporar sistemas de ciberinteligencia y ciberseguridad que les permitan analizar toda la información relativa a la seguridad de sus activos, filtrarla, correlacionarla, explotarla y analizarla, de forma eficaz, asegurando que su negocio no se vea afectado por el uso fraudulento de esa información por parte de terceros.
En el marco de la última edición del Forum Ciberseguridad de IDC, Tecnocom presentó su nueva oferta de Servicios de Ciberseguridad que integra los procesos internos de la organización pasando de un modelo de seguridad reactivo a otro proactivo. La propuesta de Tecnocom reduce las alertas, manteniendo sólo las que realmente afectan a la organización y priorizándolas adecuadamente, genera respuestas más concisas ante incidentes de seguridad, mejora las comunicaciones internas entre grupos -equipo de seguridad, de gestión y directivo- y optimiza la estrategia de inversión en seguridad, asociándola a prioridades reales y combinándola con parámetros de negocio.
“Hasta hace poco, las amenazas podían ser combatidas sin demasiado expertise por parte de la organización, utilizando tecnología adecuada. En la actualidad las empresas se enfrentan a amenazas mucho más sofisticadas, que pueden obtener información sensible o dañar la reputación de la empresa a través de múltiples vías (robo de dispositivos, perfiles de redes sociales, fraudes de todo tipo, phishing, etc.)”, dice Juan Bautista López, Responsable Desarrollo Negocio Seguridad y Optimización de Tecnocom.
Según López, para hacerles frente, “hace falta una inteligencia basada en tecnología de última generación, participar en una Red Global de Ciberseguridad, contar con recursos expertos y promover la unidad e implicación de todas las áreas de negocio”. Un conjunto de soluciones que permitan la lucha contra las amenazas avanzadas, con perfiles globales de malware e indicadores de compromiso personalizados a la infraestructura de la organización.
Sumado a esto, deben ofrecer una respuesta rápida ante incidentes, con base en equipos expertos 24×7, la gestión integral de amenazas y la capacidad de análisis forense y de reparación de los daños. Finalmente, debe facilitar el análisis continuo de la actividad relativa a los activos de la organización y fomentar la formación continua y concienciación global.
“El Big Data –indica el experto- tiene como objetivo convertir datos en inteligencia de negocio, pero las empresas deben tener claro qué cantidad de información van a ser capaces de asimilar”. Una tarea que requiere, sobre todo, la capacidad para filtrar o discernir lo interesante de lo vulgar o innecesario, es decir, la información útil de la inútil. “Es aquí en donde la ciberinteligencia puede aportar a la organización una serie de capacidades que les permita conocer a los enemigos incluso antes de que éstos conozcan las vulnerabilidades y sean capaces de explotarlas”.
Según IDC, la revolución de los datos masivos generará cerca de USD$126 mil millones en 2015 y creará más 4.4 millones de empleos en todo el mundo. En paralelo, la inversión en servicios Big Data alcanzará los $112 mil millones de euros en 2015.
“Las empresas no pueden restar esfuerzos ante algo tan importante como la seguridad de los datos, por ello lo inteligente es contar con servicios de ciberseguridad y ciberinteligencia”, finaliza el ejecutivo.