Ya han pasado cerca de 15 años desde que instalé mi primer laboratorio de pruebas IPv6. En aquella oportunidad no existían computadores con sistemas operativos de fábrica preparados con esta tecnología, tampoco aplicaciones y mucho menos una infraestructura de redes adecuada para permitir el flujo normal de este protocolo de comunicación.
Todo se encontraba en fase de experimentación y para poner en marcha una red IPv6 había que preparar todo lo necesario en forma manual, descargando fuentes y habilitando las opciones de IPv6 en la compilación.
Hoy en día, IPv6 o IPng (IP Siguiente Generation), viene a reemplazar el actual protocolo de Internet conocido como IPv4. IPv4 permite administrar en teoría 2^32 direcciones (4.294.967.296), en cambio su sucesor IPv6 permite administrar un espacio de 2^128 direcciones (340.282.366.920.938.000.000.000.000.000.000.000.000), un número lo suficientemente grande como para disponer de más de 6,67*10^23 direcciones IPv6 (667.126.144.781.400.000.000.000) por metro cuadrado de la tierra, lo cual es suficientemente grande como para resolver el problema de conectar a Internet cualquier dispositivo electrónico que pudiera existir en el planeta.
Al diseñar IPv6, también se pensó en un mecanismo de transición de IPv4 a IPv6 en el cual las máquinas pudieran operar con ambos protocolos (dualidad de protocolos en el sistema operativo). Este mecanismo apunta a dos factores, tener una compatibilidad a nivel de sistema operativo y aplicaciones, de manera que puedan operar con ambos protocolos; y proporcionar un mecanismo de ruteo para que redes IPv6 utilicen la infraestructura de redes IPv4 como canal o túnel de comunicación con otras redes IPv6 mientras se realice la transición.
Costo v/s Beneficio
En cuanto a la performance de IPv6, debemos mencionar que al tener direcciones IPv6, las cuales tienen un largo cuatro veces mayor a las de IPv4, se produce una pérdida del rendimiento en la transmisión de la información que, en mi experiencia personal, se acercaba al 20% de pérdida de performance en la transmisión de archivos mediante FTP entre máquinas de una misma red física. Por otro lado, la pérdida de performace cuando se transmite IPv6 sobre túneles IPv4 podría llegar al 50%. Esto no implica una mala implementación del protocolo IPv6, sólo refleja el costo inevitable por ganar un beneficio, en este caso un mayor espacio de direcciones.
Intuitivamente podríamos pensar que máquinas con sistemas operativos con dualidad de protocolos IPv4 e IPv6, usando sólo su parte IPv4 podrían tener una menor performance en comparación con una máquina solamente con IPv4. Sin embargo, mediciones de performance en estas máquinas, han demostrado que una dualidad de protocolos no ve afectado el desempeño en el tráfico de datos de la parte IPv4 de una máquina con dualidad de protocolos.
Hoy en día, y mientras dura la transición de IPv4 a IPv6, la construcción de aplicaciones IPv6 apunta al desarrollo de aplicaciones duales. Las aplicaciones duales pueden hacer uso tanto de la parte IPv4 e IPv6, permitiendo tanto la comunicación con máquina con IPv4 y máquinas con dualidad de protocolos IPv4 e IPv6. Hay que mencionar que las aplicaciones sólo diseñadas con IPv6 nunca podrán comunicarse con una máquina IPv4. Sin embargo, aplicaciones que funcionaban antes con IPv4 también lo seguirán haciendo para máquinas con dualidad de protocolos IPv4 e IPv6.
El futuro es IPv6
En la actualidad el estado de IPv6 en sistemas operativos y dispositivos de comunicación está plenamente implementado, y como prueba de aquello IPv6 viene soportado desde las versiones de Microsoft XP y Windows Server 2003. No obstante, la utilización de esta tecnología no ha avanzado al ritmo esperado pese a que en febrero del 2011 la IANA (Internet Assigned Numbers Authority) comunicara el agotamiento de la asignación de direcciones IPv4, lo cual hubiéramos pensado que podría haber aplicado un grado de urgencia a la adaptación de la nueva tecnología.
A pesar de la existencia de IPv6 que soluciona la falta de direcciones IPv4, surgió hace años otra estrategia a la par con el desarrollo de IPv6, que permite suplir en alguna medida esta carencia de direcciones, manteniendo el antiguo protocolo IPv4. Este tipo de estrategia es conocido como NAT (Network Address Translation) y, básicamente, consiste en tener una máquina que hace de intermediario entra la red interna de una empresa e Internet, convirtiendo en forma inteligente direcciones IPv4 “falsas” (reservadas para uso privado) al interior de ésta, en direcciones IPv4 “reales” (públicas) hacia al exterior. El beneficio de esto es que muchas direcciones IPv4 “falsas” pueden ser mapeadas a una dirección real, dando un efecto amplificador del espacio de direcciones IPv4.
Hemos sido testigos del agotamiento de asignaciones de direcciones IPv4, un recurso que desde los inicios de Internet ha soportado el crecimiento acelerado de la red, ahora sólo nos queda mirar hacia el futuro, un futuro donde hay un solo camino, el camino a IPv6.
Por Francisco Valdés, gerente de Arquitectura y Tecnología de Tecnova