En regiones como Asia es algo absolutamente cotidiano. Una persona termina su cena en un restaurante y, en lugar de sacar su billetera del bolsillo, toma su teléfono móvil y paga la cuenta con él.
En los Estados Unidos gigantes como Google y PayPal están trabajando para imponer las transacciones a través de Smartphones. Según Gartner, se trata de un mercado en fuerte expansión, y durante este año más de 212 millones de personas utilizarán este sistema alrededor de todo el mundo, con un crecimiento del 32% respecto a 2011.
Muchos aún creen que los pagos móviles son sólo para geeks y fanáticos de la tecnología, usuarios que tiene el modelo de Smartphone más reciente y están constantemente a la caza de novedades digitales. Esto no es así: lo realmente disruptivo de este sistema es que podrá permitir que personas que hasta el momento no podían acceder a servicios financieros, puedan hacerlo de una forma cómoda y fácil.
En todo el mundo hay 2500 millones de personas que no tienen acceso al mercado bancario.
¿Qué quiere decir esto?
Básicamente, que si una de esas personas debe pagar su cuenta de electricidad, la única opción posible es trasladarse hasta un comercio, un local de la compañía eléctrica, o algún otro espacio de pago físico, esperar en una fila y abonar su factura en efectivo. Si el mismo usuario quiere comprar, por ejemplo, un par de zapatos, deberá ir al negocio con el dinero en su bolsillo y pagar la cuenta billete sobre billete.
Para los usuarios que están acostumbrados al pago mediante tarjetas de crédito, débito, o a la operación mediante plataformas de home banking y pagos online, todo esto puede resultar un tanto arcaico. Pero lo cierto es que, según datos del BancoMundial, más del 60% de los adultos latinoamericanos no tiene acceso al sistema bancario. Esto quiere decir que todas sus operaciones económicas deben realizarse con dinero en efectivo, y que se les dificulta el acceso a créditos, compra en plazos, y otros servicios financieros.
Una alternativa basada en la nube en la que todos ganan
“En Latinoamérica hay más líneas de telefonía celular que usuarios bancarios” asegura Brian Paniagua, CEO de la firma de transacciones móviles tPago. La empresa, que brinda servicios de pago con celulares a casi 300 mil usuarios bancarizados, lanzó recientemente un programa piloto en República Dominicana, a través del cual las personas no bancarizadas pueden cargar dinero en sus teléfonos y utilizarlo para hacer transacciones. “De este modo –explica Paniagua– una importante porción de la población tiene acceso a servicios que le permiten ahorrar tiempo, dinero, y tener un historial de crédito”.
Lo interesante del sistema propuesto por tPago es que no se necesita de un Smartphone para poder utilizarlo. La plataforma funciona en cualquier teléfono con sistema GSM, y utiliza para la transferencia de datos el sistema USSD. Esto quiere decir que, potencialmente, el 100% de los móviles latinoamericanos podrían utilizar este servicio. Pero, además, la herramienta no requiere de la instalación de una aplicación, no deja rastros de la operación ni información financiera en el dispositivo: se trata de un sistema basado 100% en la nube en el que los datos de cada operación son borrados del teléfono al finalizar la transacción. De esta forma, puede ofrecer un esquema de funcionamiento totalmente seguro: según sostiene Paniagua, la empresa no ha registrado ningún fraude hasta el momento, algo para nada menor si tomamos en cuenta que, sólo en lo va de 2012, ya se realizaron 5.3 millones de transacciones a través de tPago.
Sin dudas, uno de los desafíos más fuertes que tienen que enfrentar quienes promueven las nuevas plataformas de pago móvil es la educación. Entre los clientes bancarizados esto es relativamente más sencillo, ya que la activación del servicio puede realizarse a través de la propia entidad bancaria con la que operan los usuarios. Pero en el caso de las personas que todavía no accedieron a este tipo de servicios, la tarea es doble. “Aun así –afirma Paniagua– para los usuarios es muy simple experimentar las ventajas del servicio en términos prácticos: no tienen que tomar un taxi para pagar sus cuentas, pueden enviar dinero a un pariente que vive a cientos de kilómetros de distancia muy rápido y fácil, y no corren el riesgo de circular con efectivo y sufrir un robo”.