Es un tema tan antiguo como nuevo, desde siempre han existido líderes que han logrado inspirar a su gente en “campañas imposibles”, pero debo decir que luego de muchos años de observación en empresas de todo tipo existe muy poco interés real en la mayoría de ejecutivos en explorar el tema y desarrollarse cómo líderes.
El papel del líder es una vocación de lo más alto y que lleva mucho trabajo. Es por eso que pareciera que prefieren esconderse en las “prioridades” y que son muchas para no dedicarle tiempo al tema. Además si ya tengo el poder ¿qué más necesito?
Max Weber nos mostraba hace mucho tiempo las diferencias entre el poder y la autoridad:
“Poder: La capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que éste, aunque prefiera no hacerla, haga tu voluntad debido a tu posición o tu fuerza.
Autoridad: El arte de conseguir que la gente haga voluntariamente lo que tú quieres debido a tu influencia personal.”
Entonces llegó el momento de preguntarse en forma genuina y responsable: ¿estoy ejerciendo verdadero liderazgo o solo me aprovecho de mí poder? Porque hay que tener muy en cuenta algo elemental y de sentido común: quienes hacen las tareas son personas, ergo no se puede hacer un buen trabajo sin cuidarlas.
Porque en definitiva queremos ser efectivos en nuestra función y cómo vamos a lograrlos si no tenemos la credibilidad de nuestra gente.
Volviendo a las prioridades que hacíamos mención más arriba, a veces nos llevan meses….años y esto provoca que nuestra actividad y actitud general sea totalmente reactiva y no abordemos él tema.
A mi entender un líder puede tener distintas condiciones naturales y de carácter, esto quiere decir, existe gente más carismática que otra, hay quienes son más analíticos, otros más componedores etc., y ninguna de estas características son “per se” garantía de ser mejor o peor líder, si bien es cierto que le facilitará al implicado hacer ciertas cosas, y le será más trabajoso hacer otras.
Pero hay cosas que sí creo debe hacer un líder:
* Escuchar es una de las capacidades más importantes que un líder debería desarrollar.
* Mostrarle a su gente que todos juntos saben mucho más de lo que puede saber uno solo.
* Que su gente sepa que esperar de él: credibilidad
* Debe enseñar con el ejemplo.
* Las decisiones que tome deben ser las mejores que pueda en función del interés de la organización y no en función de situaciones acomodaticias, demagógicas o de intereses personales: integridad.
* Debe tener gran capacidad para “resistir”, “soportar” porque la realidad nos muestra que las circunstancias de la vida nos presentan muchas situaciones que juzgamos como injustas.
* Debe generar cuadros de reemplazo, hacer crecer a la gente.
* Debe aprender a “querer” a su gente, si no ¿cómo puede ser severo en los momentos que hay que serlo?
Todo esto (y la lista podría seguir) parece muy difícil de lograr, y en verdad que es imposible ejercerlo todos los días, porque ante todo debemos asumir nuestras limitaciones y tener claro que somos a pesar de racionales, esencialmente seres emotivos y debemos lidiar con esta circunstancia todos los días.
Es por eso que aquí radica la verdadera gestión del líder, en ir trabajando y corrigiendo los desvíos propios y ajenos todos los días, para no apartarnos del rumbo que debemos seguir.
Para liderar hay que empezar por conocer muy bien a nuestra gente, además de sus capacidades debemos conocer muy bien sus potencialidades, sus intereses, sus áreas de mejora. Y además tener la empatía necesaria para saber donde se debe “tocar” para lograr la palabra mágica “motivación”.