EDITORIAL:
En el mundo de los negocios existen puntos de inflexión que nos llevan al crecimiento o al desastre, tal es el caso de la industria del software argentino, que se prepara para ingresar en una tormenta perfecta.
La Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos ha entrado en crisis, al comunicar -su presidente- a su entorno que no se postulará para un segundo mandato, ya que haber recuperado la institucionalidad de la Cámara, -era el objetivo que Miguel Calello se había propuesto y está claramente cumplido-.
Esta gestión ha sido exitosa en muchos aspectos, ante todo deja una Agenda Digital al Gobierno, en donde si bien todos los actores de la tecnología NO han participado, el número fue amplio, homogéneo y representativo, queda como asignatura pendiente escuchar al mundo del trabajo, y del software libre.
La gestión Calello, ha impreso un fuerte estilo institucionalista, que ha devuelto a la CESSI la imagen que su creador Jorge Cassino había forjado durante años.
La sucesión se ha convertido en caldo de cultivo para los oportunistas y en motivo de pleito para descalificar a todos los posibles sucesores.
Sin dudas, a mi juicio, NADIE tiene la capacidad de tomar el timón de la industria con la prestancia y capacidad política de Jorge Cassino, su visión global y su conocimiento sobre el rol de la tecnología en la economía del conocimiento es la única oportunidad que depara esta pequeña crisis, que se agiganta si la ponemos en perspectiva, con los desafíos que le esperan a la industria argentina del software en 2010.
La próxima gestión debe tener en cuenta algunos puntos importantes para la industria, pero mas importante para el país.
Quizás aquí corresponde hacer una salvedad para considerar que los intereses sectoriales NO pueden estar sobre los intereses de la gente, y ciertamente esto es algo que Jorge Cassino tiene muy claro.
Los puntos por los cuales la CESSI debe reinventarse son:
• Televisión Digital: hemos cedido a Brasil la punta tecnológica sobre la norma, hay que hacer docencia sobre el tema, para ganar un lugar en esta industria, ya que el resto de América Latina está considerando esta norma y la interactividad abre nuevos mercados.
• Agenda Digital: el gobierno ha dado el paso inicial, es la industria ahora quien tiene que levantar el guante y trabajar muy fuerte en difundir ideas, posicionar conceptos y establecer metodologías para que la inclusión pase de la frustración de la gente, a la concreta realidad de un mundo globalizado. La industria debe hacer que las cosas sucedan a donde está la gente y no a donde atiende Dios (en Buenos Aires).
• Recursos Humanos: uno de los puntos más importantes en el que hay que trabajar, este es el mayor desafío, convertir la impericia del pasado en una ventaja competitiva real, este país se desangra a nivel intelectual, el 95% de los alumnos que se inscriben en sistemas NUNCA llega a recibirse. Las capacitaciones “inverosímiles” para ser programador en 32 horas, fogoneadas en el pasado o las promociones en Colegios Secundarios, para insistir en que mas alumnos engrosen ese 95%, sin atacar al foco del problema, demuestran que esta no es una tarea para cualquiera. Los errores ya se cometieron, no debemos repetirlos.
• Ley de Software: la industria ha adoptado el uso de empresas en Uruguay para facturar al exterior, ya que Uruguay es sin duda un país que ha actuado con inteligencia y sabe que hay que tomar medidas excepcionales para ser parte de la economía del conocimiento, en comparación el desarrollo de software de Uruguay, quintuplica a la Argentina, la ley de software que tenemos en la actualidad, NO SIRVE, no es practica y no permite que el talento de la gente se convierta en valor agregado para beneficiar a la sociedad en su conjunto. Debemos repatriar la riqueza intelectual, con un gesto sutil.
• Articulación: sin dudas la industria de software sin una correcta articulación no tiene sentido, es necesario ser la bisagra entre las Pymes y el mundo académico, formando campus inclusivos que potencien la capacidad de las Pymes Argentinas para salir al mundo.
• Educación: si miramos el aula que dejo Sarmiento, y la comparamos con las aulas actuales no ha cambiado en absoluto en los últimos 150 años, tenemos que propiciar un cambio cualitativo en este segmento de la sociedad, por un lado haciendo lobby para generar una fuerte inversión en este sentido, y por el otro generando capacitaciones desde la industria, a Maestras y Maestros, para que sean verdaderos agentes de cambio. Si analizamos la curva de crecimiento de la tecnología y la comparamos con la evolución de la pedagogía, nos daremos cuenta que las cosas no funcionan de esta forma en el mundo moderno.
Se estima que para el año 2015/2020 la humanidad va a duplicar su base de conocimiento cada 30 días, si no transformamos a la educación desde la tecnología, estaremos educando ciudadanos disfuncionales para el mundo en el que vivimos. La supervivencia de esta industria está estrechamente ligada a este punto.
Tal vez, que el año próximo sea el bicentenario de la revolución de Mayo de Argentina, sea un hito para la refundación de la Patria, con un fuerte sentido y respeto por el valor del intelecto y del talento humano, y solo un piloto de tormentas puede surfear esas aguas para llevar a esta industria al lugar que debe ocupar en el siglo XXI.
Por Marcelo Lozano – Director CIO América Latina
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