Si bien las alianzas comerciales son vitales para el crecimiento, estas cinco son excelentes razones para no avanzar en una negociación.
Aunque en Occidente hay toda una cultura de negocios que premia y admira al self made man que no depende de nadie, el sector tecnológico probablemente sea el más activo que otros en generar alianza y colaboraciones.
Una de las razones para ello es que el mundo y, por tanto, las empresas son cada día más interdependientes y tanto el trabajo como las relaciones colaborativas están desplazando las tradicionales culturas competitivas.
De hecho, en la visión contemporánea de las alianzas depende el porvenir de los negocios (ambos) y sus posibilidades de escalar.
Sin embargo, la fe en este, nuevo tipo de relaciones no elimina el riesgo latente de que estos lazos estratégicos resulten que afecten negativamente a una o ambas compañías.
Ricardo Robledo, director general y fundador de Tu Identidad, plataforma especializada en la verificación de identidad destaca que es común que al iniciar una alianza las empresas tengan claridad de lo que quieren/necesitan de su socio o proveedor, pero pocas veces se habla de la parte negativa: de todo lo que no quieren.
“Esto se da particularmente en empresas que empiezan a crecer. Para ellas es clave detectar ‘las banderas rojas’ que les digan esta alianza es, potencialmente, riesgoza”.
Malas compañías
Para el desarrollo y alcance del máximo potencial de una empresa, es imprescindible contar con aliados confiables que no coloquen en la agenda de nuestra relación comercial:
- Problemas legales
- Riesgo reputacional
- Insatisfacción de los clientes
- O fraude operacional
Las recientes filtraciones de documentos conocidos como Panamá y Pandora “Papers” pusieron al descubierto la inclusión de datos de cuentas bancarias y de:
- 214.488 empresas offshore
- Conectadas con más de 200 países
La mayoría de las mismas crearon firmas en jurisdicciones consideradas paraísos fiscales – por su baja o nula tributación y el anonimato de sus dueños – que mantuvieron ocultas de las autoridades y, sobre todo, del fisco.
Estos hechos nos muestran suficientes razones para:
- Evitar los negocios “a ciegas”
- Validar la identidad de sus aliados
- Impulsar estrategias de crecimiento con socios que compartan…
- … tanto su visión de futuro como su entusiasmo.
“Finalmente, en las alianzas comerciales de lo que se trata es que los involucrados obtengan un beneficio mutuo”, agrega Robledo.
De acuerdo con Tu Identidad, estas son cinco razones para NO hacer negocios con una empresa:
1. Falta de un plan de negocios
Las empresas que no son capaces de presentar un plan de acción claro y definido, difícilmente podrán cubrir las expectativas de una alianza.
Ya sea por:
- Falta de experiencia
- Claridad de objetivos
- O desorganización
Cuando un aliado no cuente con un plan de negocios bien definido, mejor busque otra opción.
2. Negarse a ser investigada
Si un potencial aliado se niega a ser investigado o a brindar certeza sobre su situación, es momento de decir adiós.
Lo ideal es que antes de firmar cualquier alianza, ambas partes presenten sus credenciales y opten por realizar de forma mutua procesos de validación de identidad.
3. Promesas extraordinarias
Algunas empresas pueden prometer más de lo que pueden cumplir con tal de cerrar un trato.
Por ello, es importante conocer a fondo al aliado y saber hasta qué punto puede honrar lo que promete.
Cabe destacar que iniciar una alianza y pautar expectativas mayores es un error de entrada,.
Lo ideal es tener un plan de negocios:
- Integral
- Concreto
- Y apegarse a él
Es decir, no pedir más o menos a los socios comerciales.
4. Inconsistencias en cuanto a los pagos o emisión de facturas
Para evitar esto es importante pactar:
- Fechas de pago
- Montos
- Emisiones de facturas
Esto permitirá que ambas partes tengan certeza sobre los movimientos.
5. Malas referencias
Si bien la mayoría de las empresas trabajan de forma permanente para revertir las malas experiencias de clientes o aliados, es posible que algunas sigan perfeccionando esto.
Una mala referencia no engloba la totalidad del negocio, pero puede ser una señal de alerta que no hay que desestimar.