Ante el nuevo paradigma del trabajo remoto, es vital contar con una infraestructura que asegure el buen funcionamiento de las conexiones VPN y un flujo de datos ininterrumpido.
Por: Vignesh Parthiban, consultor de productos en ManageEngine.
El repentino surgimiento del COVID-19 y su rápida expansión ha tomado por sorpresa a gobiernos y especialmente a empresas, poniendo a muchas de ellas entre la espada y la pared. Para garantizar su supervivencia en estos momentos, la mayoría de ellas están contemplando la opción del trabajo remoto, mientras, otras ya han implementado el “Home Office”.
En estas circunstancias, una red privada virtual (VPN, por su sigla en inglés) es la mejor apuesta de una organización para brindar acceso a servicios críticos y evitar poner en riesgo sus datos más valiosos. Pero, ¿están todas las empresas equipadas para monitorear y garantizar el funcionamiento robusto de sus conexiones VPN?
El primer paso: saber qué está en juego cuando se descuida el monitoreo de una VPN
La VPN es el medio por donde transitan datos vitales de las compañías. Por lo que, dejar de monitorearla podría ser desastroso en múltiples niveles. A través del correcto seguimiento de la red es posible identificar:
- Apropiación de datos confidenciales
- Pérdida de productividad
- Impacto en los ingresos
- Interrupción de servicios críticos para el negocio.
- Daño a la marca y reputación de servicio al cliente debido a interrupciones
Las mejores prácticas de VPN para mantenerse a la vanguardia
Estas son algunas metodologías que, cuando se cumplen, pueden garantizar el funcionamiento de las conexiones VPN y ayudar a responder ante desastres operativos:
- Cifrado: la encriptación de datos dentro la VPN es una necesidad que no se puede ignorar. El cifrado aumenta la seguridad y minimiza las posibilidades de robo de datos.
- Autenticación multinivel: configurar una contraseña indescifrable para cada conexión VPN y configurar perfiles de autenticación multinivel, como la autenticación de dos factores, ayuda a mejorar la seguridad.
- Comprobación de la vulnerabilidad: es imprescindible instalar una solución antivirus en cada cliente VPN y verificar la vulnerabilidad del dispositivo respectivo antes de establecer una conexión. Esto ayuda a reducir las posibilidades de infección por malware en el cliente VPN.
- Bloqueo a IPs hostiles: limitar el acceso solo a servicios críticos para la empresa y denegar el acceso a IPs maliciosas es clave para preservar los datos que transitan en la red.
- Duplicar el tráfico: una conexión VPN site-to-site puede realizar el mantenimiento en un túnel VPN mientras el tráfico continúa fluyendo en el segundo túnel. Esto asegura una alta disponibilidad y minimiza cortes.
- Proveedor de servicios de Internet (ISP) confiable: la estabilidad de una conexión VPN depende de la disponibilidad constante de Internet. Es por eso que se recomienda que elija un ISP con una buena reputación de servicio.
- Presencia de una infraestructura de red robusta: tener una infraestructura de red que sea de la mejores en su clase, reforzará el buen funcionamiento de sus conexiones VPN. Esto se debe a que el rendimiento de VPN depende de las capacidades de hardware del enrutador.
- Ancho de banda VPN: es imperativo rastrear el ancho de banda de las conexiones VPN para asignar suficiente ancho de banda para aplicaciones vitales y limitar el consumo de las triviales.
El COVID-19 está impulsando rápidamente un nuevo status quo, uno que alienta a trabajar desde casa. En los próximos días, es probable que incluso más empresas adopten políticas de trabajo desde el hogar. Por lo tanto, administrar sus conexiones VPN utilizando las mejores prácticas ayudará a las empresas a enfrentar la adversidad de hoy y estar mejor preparadas para las oportunidades del mañana.