Solemos toparnos con la transformación digital un dÃa sà y otro también. Es inevitable. El impacto de la cuarta revolución industrial es radicalmente transversal.
Lo observamos en el trabajo y en el ocio, en las compras y en las ventas, en el hogar y en la escuela. Términos como Big Data, inteligencia artificial, Blockchain o Internet de las Cosas, resultan cada vez más familiares.
Sin embargo, también es cierto que su creciente complejidad supone un obstáculo a la hora de intentar comprenderla. Asà como la previsible resistencia al cambio.
De ahora en adelante, tenemos que empezar a asociar a la transformación digital como un cambio cultural. Basados en la interacción dinámica entre personas, objetos y sistemas informáticos. Es decir, nuevas formas de hacer las cosas mediadas por la tecnologÃa.
La Transformación Digital y las revoluciones industriales
Mientras tanto, en esta primera aproximación, necesitemos echar la vista atrás. Vamos a analizar las tres revoluciones precedentes y apreciar la direccionalidad de cada una de ellas. De este modo podremos entender el impacto de la transformación digital en los próximos años.
La primera revolución industrial, por ejemplo, está asociada a la puesta en marcha en 1784 del primer telar mecánico impulsado por energÃa hidráulica y vapor. Ello impactarÃa de modo decisivo el mundo del trabajo. Y como consecuencia de su mecanización, nacieron los movimientos que abogaban por la destrucción de las máquinas (ludismo).
La segunda revolución industrial, basada en energÃa eléctrica. Tiene su hito en la primera cinta transportadora dispuesta en un matadero de Cincinnati, en 1870. Esta impulsarÃa la producción en serie. La electricidad, junto al petróleo, fomentarÃan nuevas invenciones orientadas a mejorar el alumbrado público, desarrollar motores de combustión interna o proyectar el aeroplano, pero también la necesidad de luchar por derechos económicos y sociales.
Seguidamente, el empleo de la electrónica y la informática para automatizar la producción, mediante el primer controlador lógico programable (Modicon 084). Esto hizo posible que, en 1969, se alcanzase la tercera revolución industrial. Se trata de un momento histórico. Lo suficientemente cercano como para percibir, en nuestros dÃas, un cambio de época. Y no sólo una época de cambios, marcada por una aceleración de los tiempos y la demanda de mayores certezas.
Hablamos de invenciones del siglo XX como la televisión, el fax o Internet que están dando paso a dispositivos multifuncionales que permiten reservar habitaciones, ubicar lugares en mapas interactivos o ver nuestra serie favorita sin importar la hora o el lugar.
Continuará...