Como Joe Belfiore mencionó en un texto, la cantidad de interés en la versión previa de Windows 10 ha sido fenomenal. Estamos agradecidos por ver que los profesionales de TI prueben las nuevas características y compartan sus comentarios. Pero lo más importante, apreciamos la cantidad de dispositivos con versiones previas de Windows – ya sea de Windows 7, Windows 8 o Windows 8.1, que ustedes han actualizado. La telemetría de esas actualizaciones nos permite mejorar y afinar el proceso de actualización – que es importante porque se trata de la manera primaria en la que esperamos que las organizaciones implementen Windows 10.
En un texto del 30 de septiembre de este año, presentamos esta idea de tener un proceso de implementación más sencillo, a través de una actualización en sitio en lugar del enfoque tradicional de barrer y cargar que las organizaciones han utilizado de manera histórica para implementar nuevas versiones de Windows. Este proceso de actualización está diseñado para preservar las aplicaciones, datos y configuración de la instalación existente de Windows, con un especial cuidado en colocar las cosas justo como deben estar después de que Windows 10 se haya instalado en el sistema.
Por supuesto que es crítico que al mismo tiempo hagamos todo lo posible por asegurar que las aplicaciones existentes “simplemente funcionen”. Entendemos los retos que muchas organizaciones han experimentado como parte de sus migraciones de Windows XP a Windows 7, y trabajamos duro para asegurar que esa compatibilidad entre Windows 7, Windows 8 y Windows 10 sea excelente. Esto también aplica para el hardware: diseñamos Windows 10 para que tenga los mismos requerimientos generales de Windows 7 y Windows 8, para hacer posible que Windows 10 corra en sus dispositivos existentes.
También trabajamos fuerte en el desarrollo de nuevas herramientas de configuración de tiempos de ejecución, diseñados para transformar dispositivos de manera sencilla desde su estado fuera de la caja a dispositivos para negocios con una configuración completa, sin reimagen. Al utilizar estos tipos de herramientas, la cantidad de tiempo y esfuerzo requeridos para configurar el dispositivo y tenerlo listo para que una persona lo utilice puede ser reducido en gran medida. Los tipos de configuración que pueden ser realizados incluyen cosas como suministro de perfiles de Wi-Fi, VPN y correo; instalación de aplicaciones, paquetes de idiomas, actualizaciones de seguridad y certificados; y aplicación de políticas de seguridad. Y debido a que es probable que estos dispositivos necesiten ser administrados después de que la configuración esté completa, el proceso de suministro también puede automatizar por completo la inscripción a un servicio MDM (como Microsoft Intune u otros servicios MDM de terceros).
A nivel general, creemos que estas capacidades de configuración de tiempos de ejecución traerán beneficios a la organización más allá de sólo ahorro en tiempos (y por consiguiente reducción de costos) de configuración de dispositivos. También habilitan escenarios totalmente nuevos, como programas elige tu propio dispositivo (CYOD, por sus siglas en inglés). En ocasiones no es práctico soportar esto con procesos de implementación tradicionales basados en imagen (donde el OS original en el dispositivo es sobrescrito de manera inmediata con una imagen específica de la organización) porque cada dispositivo podría ser diferente.
Por supuesto que continuaremos con el soporte para los procesos tradicionales de implementación de barrido y carga, para aprovechar el Kit de Evaluación e Implementación (ADK, por sus siglas en inglés), el Kit de Herramientas de Implementación de Microsoft (MDT), y el Administrador de Configuración de System Center. Estén atentos para más detalles sobre este tema, que se espera esté listo para el siguiente año. También entren al blog de System Center Configuration Managerpara más detalles.
Francisco Carrasco, CIO America Latina