No es ningún misterio que la inversión en Tecnologías de la Información (TI), en todo el mundo, mantiene un interesante ritmo de crecimiento en los últimos años. La base de este dinamismo no se basa sólo en su evidente capacidad para reducir costos operativos, optimizar procesos y mejorar la relación con el cliente sino también en el verdadero cambio de paradigma que están impulsando al interior de las organizaciones.
Como sabemos, existen actualmente cuatro tendencias clave en el ámbito de las TI: Cloud Computing, que se refiere a todos los servicios basados en la nube; Big Data, que engloba todo lo relacionado con la actual explosión de datos digitales y los desafíos asociados a su resguardo, almacenamiento y gestión; Mobility, que identifica a las tecnologías asociadas a la movilidad; y Social Business, concepto que apunta a la transformación social de las empresas.
Ante ello, la primera pregunta que se nos viene a la mente es: ¿en dónde priorizar la inversión de TI en mi negocio? Aunque una respuesta general es casi imposible, debido a las necesidades particulares de cada organización, podemos establecer, a partir de las tendencias globales para el 2014, qué prioridades asoman como las más urgentes en este escenario de transformación.
Una primera mirada nos lleva a los pronósticos del mercado de TI a nivel mundial. Según las Predicciones de IDC para el 2014, el gasto en TI mundial podría crecer en un 5,1% durante este año, impulsado por las tecnologías asociadas al concepto de “tercera plataforma” (que engloba a las tendencias mencionadas), más el auge de los smartphones y las tablets, sumadas al aumento en inversión en hardware, software y servicios.
La consultora destaca el crecimiento en inversión asociado a tecnologías Cloud, las cuales aumentarán un 25%, subrayando también el fuerte incremento de soluciones para Big Data y centros de datos. De esta manera, más allá de los nombres de las tecnologías, lo que está en juego en la inversión en TI en el presente y futuro es su capacidad para ser un motor de transformación del negocio, basado en nuevas formas de conocer y gestionar la relación con el cliente, tomar decisiones más rápidas, garantizar el acceso oportuno y ubicuo a la información empleados y proveedores, en donde paradójicamente el gasto en tecnología se va volviendo más flexible, a través de servicios bajo demanda y tecnologías interoperables.
Asimismo, las cifras y tendencias demuestran que las TI hoy deben tener ciclos de renovación más breves y dotar a las organizaciones de capacidad de innovar en sus procesos de forma permanente. Se trata de una importante oportunidad que para capitalizarse hace necesaria, primero, una redefinición de la visión clásica respecto de la infraestructura de TI, la cual no puede ser un lastre que consuma más y más recursos en administración y mantenimiento y, por ende, frene la transformación del negocio. Por el contrario, debe ser apta para ofrecer servicios en cualquier momento, dispositivo y lugar. No se trata sólo de un eslogan, es una realidad.
En consecuencia, todas las inversiones que apunten a adquirir tecnologías y servicios, a trabajar con el socio adecuado en la implementación, y que materialicen esa promesa y entreguen a las empresas una mayor agilidad estarán garantizando, en definitiva, que se esté siguiendo el camino correcto.
Por Pedro Vignola, Director para el Sur de Latinoamérica VMware