En teoría, la computación en la nube ofrece un modelo rápido para almacenar recursos y procesar operaciones. La capacidad de obtener solicitudes por parte de los clientes, es dada por un proveedor al que se le paga. Los clientes deberían ser capaces de reducir y aumentar recursos según sus necesidades y solo pagar por lo que utilizan.
Sin embargo, los modelos para colocar un precio a los servicios en la nube son complicados, lo que hace que las decisiones de compra para los consumidores sean muy difíciles, así como realizar comparaciones entre proveedores, según muestra un reporte de 451 Research Group.
Existe un rango extenso de modelos para colocarle precios a estos servicios, así como una jerga especializada que puede hacer parecer ambiguo este tema para los consumidores. “La computación en la nube se prometió como algo simple, pero la realidad es que está bastante lejos de ello”, dijo el reporte.
451 encontró que existe una gran diferenciación entre proveedores en lo que se refiere a precios, debido a que el mercado aún está “buscando sus raíces”, por lo que no hay estándares para nada entre proveedores, especialmente en cuanto a precios. “Obviamente esto no es lo mejor para los consumidores, que han entendido cada método y valoran cada opción al elegir un proveedor. Además, comparar el precio total de una aplicación entre proveedores y trabajar un precio es una tarea difícil”.
Muchos consumidores empiezan usando la nube para hacer pruebas, en vez de usarla para un largo plazo. La mayoría de proveedores de servicios cloud hacen esto más fácil al ofrecer planes pay-as-you-go, lo que significa que los consumidores piden un servicio, este se otorga y los usuarios solo pagan por el monto de los servicios que pidieron. Una vez que un usuario se siente más cómodo usando la nube, puede usar otros modelos de precio, como reservar instancias para un mayor periodo de tiempo (como un año) para aminorar costos.
Otras formas en que las compañías bajan el precio incluye si se tiene un escenario con máquinas virtuales o si son computadoras dedicadas, o si algunas compañías ofrecen precios especiales. Los costos se distribuyen entre el uso de computación, almacenamiento y redes, y se suele cobrar por GB. Usualmente los clientes no anticipan los costos de redes y almacenamiento. Para hacer aún más difícil esto, está el hecho que de los 60 proveedores de IaaS que 451 examinó, un 36 por ciento no tenían sus precios en la web.
Por estas razones, 451 recomienda evaluar a los proveedores basándose no solo en el precio pero también en las características. Algunos consumidores pueden elegir a su proveedor cloud según algunas características especiales que solo él ofrece.
Para ofrecer una pista de la complejidad del tema, aquí hay algunas formas que 451 encontró sobre cómo crean los precios los proveedores:
Precio bajo demanda: los clientes pagan usando un precio por unidad fijo.
Instancias reservadas: los clientes pagan una tarifa plana para un servicio y reciben descuentos por consumo.
Precio especial: el pago de un recurso varía con el tiempo.
Acceso prepago VM: los clientes pagan un precio fijo único para acceder a una instancia de un tamaño especial al inicio del periodo: los clientes tienen acceso ilimitado a la VM durante ese periodo. Puede ser también un plan recurrente, que se renueva cada mes.
Piscina de recursos: los clientes se comprometen a comprar una cantidad de recursos por adelantado bajo un periodo recurrente.
Consumo prepagado: los clientes pagan una cantidad fija de dinero al inicio del periodo, y los costos de consumo se cobran de este monto. Puede ser también un plan recurrente.
451 ofrece una lista de pros y contras para cada uno de estos métodos, tanto desde el punto de vista del proveedor como del consumidor. El reporte no detalla el precio actual de recursos de cloud computing, en parte por los continuos cambios que existen. Pero, sí muestra los modelos de precio que los principales proveedores ofrecen.
Fuente: CIO / Brandon Butler / 9-12-13