A pesar de que la mayor parte de las compañías están acostumbradas a financiar sus propios dispositivos de hardware y licencias de software, no todas saben cómo abordar la cantidad de dispositivos que entran al momento de implementar políticas BYOD (bring your own device).
Hoy en día, los empleados dependen más que nunca en sus dispositivos personales para trabajar, por los costos de BYOD están trasladándose a la empresa. Además, los riesgos de que un dispositivo no seguro acceda a una red corporativa han aumentado a tal punto, que no asegurar un solo dispositivo en el ecosistema BYOD podría garantizar brechas de seguridad.
Para lidiar con estos retos y mantenerse competitivos, los ejecutivos de tecnología y finanzas están uniendo fuerzas para crear estrategias a largo plazo para financiar, salvaguardar y hacer crecer su fuerza de trabajo móvil.
La combinación de BYOD con dispositivos proporcionados por la empresa ofrecen una opción flexible que puede ser ajustada a las necesidades de la compañía. Ya sea que los dispositivos sean BYOD o propiedad de la empresa, un punto clave es preguntarse cómo serán utilizados.
El equipo debe ser suficientemente importante para el desempeño del personal y debe ser central para la estrategia de computación y comunicaciones de la empresa. Por eso, es importante que los empleados conozcan el acuerdo financiero y que sepan lo que cubre y lo que no.
Existen muchas opciones de financiamiento para los dispositivos propiedad de la empresa y es importante asegurar el equipo en caso de pérdida, robo o daño como una manera de mitigar los riesgos en el entorno.
El lugar de trabajo está convirtiéndose en un estándar de las empresas, así que el departamento de finanzas debe estar listo para costearlo. Al desarrollar una estrategia que financie adecuadamente la tecnología de la empresa, los empleados tendrán acceso a lo último en tecnología y se evitará que la información confidencial de la compañía se vea comprometida.