Lo primero que debe hacer un CIO es aumentar su entendimiento limitado de lo que es influencia.
Los CIO saben que la “I” de su acrónimo no es por “influyente”, aunque les gustaría contribuir en la toma de decisiones. Recientemente tuve una conversación con un grupo de CIO quienes decían sentirse desplazados por su propia falta de influencia dentro de la organización. “Les doy lo que quieren, pero cuando se trata de tomar decisiones importante, no me permiten participar” fue la queja más común.
El consenso fue que si las organizaciones buscaran tener la perspectiva del CIO cuando se toman las decisiones, podrían reducir los costos, ser más competitivas y evitar costosos errores.
Así que discutimos sobre cómo lograr tener más influencia. La visión general fue que los CIO tienen que publicitar mejor los éxitos y el trabajo duro del departamento de TI para establecer relaciones con los ejecutivos de la empresa. No hay nada malo con estas medidas, salvo que son insuficientes. En TI se tiene un entendimiento limitado de lo que es la influencia.
En su forma más pura, la influencia es la capacidad de uno de afectar las opiniones, las emociones y el comportamiento de los demás. Pero no es suficiente influir en las decisiones que se toman. Para tener un efecto en la agenda y en la dirección de la empresa, usted necesita como CIO influir en qué cuestiones se consideran.
Hasta cierto grado, TI no tiene influencia porque confundimos influencia con aportación. Creemos que los tomadores de decisiones tendrían que consultarnos debido al valor inherente de nuestro conocimiento. Si esto no sucede, nos sentimos confundidos, y no nos damos cuenta de que los ejecutivos raramente buscan ser influidos; esperan que se haga cabildeo con ellos. Mientras esperamos pasivamente para compartir información, otros están dominando la agenda.
E incluso cuando se nos consulta, nuestra aportación no logra persuadir porque no entendemos cómo se toman las decisiones. Creemos que las decisiones deben basarse meramente en un proceso analítico. Apilamos información en medio de la mesa. Sopesamos los hechos y las decisiones deberían ser obvias, de acuerdo con un bien objetivamente verificable. Pero las decisiones no se toman en medio de la mesa. La toma humana de decisiones es fundamentalmente un proceso interior que combina emociones, intuición e información.
Como tecnólogos, no nos gusta invadir las experiencias interiores y la realidad subjetiva de otras personas. Ese es el mundo de las emociones, y no nos metemos con las emociones. No nos gusta hablar de ellas, pensar en ellas o tratar de hacer que otros las sientan. Y crear estrategias sobre cómo hacer que alguien se sienta de cierta forma parece estar mal.
Pero no podemos influir en nuestros socios de negocio sin entender su experiencia interior. Los expertos en informática se han vuelto muy buenos para entender los procesos de negocio pero rara vez consideramos la experiencia humana de vivir esos procesos. Sin adoptar la perspectiva de la otra gente, no tenemos esperanza de ganar influencia.
Para que TI tenga influencia, el CIO debe seguir estos dos pasos:
1. Superar nuestra resistencia a la naturaleza emocional de tomar decisiones y establecer la agenda. Debemos tener más fluidez en el idioma de los sentimientos, y aprender a enfatizar con ellos y obtener algo de ellos.
2. Hacer de las relaciones influyentes parte del trabajo de todos. La influencia se realiza en todos los niveles de la organización, desde el salón del consejo hasta el escritorio de ayuda. Todos en TI tienen una influencia en cómo los socios de negocio trabajan con nosotros y con nuestra tecnología.
Para ofrecer a nuestra organización todo el valor de nuestras contribuciones, nuestro conocimiento y nuestros productos, no espere que la influencia se nos dé así nomás. Nuestra organización necesita que nosotros la busquemos. Incluso si nuestra ambición no es ser influyentes, es nuestra obligación.