Cuando paso caminando frente a una Universidad tengo la misma sensación que cuando paso frente a una prisión, “todos los que están adentro están condenados”.
Recuerdo que así comenzaba un discurso que tuve que dar una la Universidad Tecnológica Nacional de la República Argentina, con la idea de sacudir las neuronas adormecidas del mundo académico.
La enorme transformación que va a sufrir la tecnología en los próximos 15 años requiere de una gran dinámica que permita adaptar la planificación estratégica de formación de los individuos, tanto de parte de las empresas como de las casas de altos estudios, para responder a los cambios que se avecinan.
Si tomamos el programa educativo de cualquier casa de Estudios de América Latina, difícilmente podamos encontrar nexos entre lo que hoy se enseña y los requerimientos que el mercado va a exigir en el futuro.
Hoy no existe una opción válida que no considere a la formación continua como parte del negocio.
La evolución de la base de conocimiento humano, se acelera de manera vertiginosa y barre a gran velocidad todo lo que conocemos, estableciendo nuevos parámetros competitivos que modifican las relaciones de fuerza para establecer el liderazgo en el mercado.
Sin dudas la capacidad tecnológica de los individuos va a convertirse en un comoditie obvio, los diferenciales van a pasar por la capacidad de “imaginar y crear”, por entender el negocio y generar ventajas.
Imaginar el departamento de sistemas del año 2025 implica, borrar un número importante de posiciones que hoy existen y la creación de nuevas posiciones que serán neurálgicas para la correcta administración de la información.
El perfeccionamiento y especialización sobre la nube, va a abrir múltiples verticales, que van a poner a la gente de negocios muy cerca de sistemas, o si lo prefieren al revés, a la gente de sistemas muy cerca del negocio.
Veo que la transformación del programador, será parecida a la que sufrió el dactilógrafo de los años 70, hoy lo vemos manejar al viejo dactilógrafo una suite de herramientas que lo colocan sobre el negocio y lejos de la simplicidad de una máquina de escribir.
El desmedido crecimiento del conocimiento humano, va a terminar por derribar el concepto actual de las casas de altos estudios, los campus en donde las Pymes y las grandes empresas puedan hacer I+D serán algo indispensable, para seguir – minuto a minuto – las transformación que sufre el mercado, seguramente seguiremos una suerte de rating de tendencias que se medirán de manera mas efectiva, hacia donde hay que llevar a las organizaciones para sobrevivir en un sistema comercial muy sofisticado.
Entenderemos de qué forma podemos poner nuestros datos “sensibles” de manera segura en la nube y tener la misma privacidad que en nuestro disco rígido.
La sociedad va a sufrir un vuelco evolutivo considerable, estableciendo nuevos mecanismos de colaboración, expandiendo las fronteras de la misma forma que se van a expandir las amenazas.
Tendremos que considerar a la exclusión como un flagelo comparable al hambre, y el analfabetismo será sin duda un delito de inacción por parte de la sociedad.
Quizás podamos ver los primeros modelos de computación cuántica, y de esa forma la tecnología seguirá acelerando al conocimiento humano. En ese contexto el CEO deberá centrar sus esfuerzos en la estrategia y el resto de los CxOs de una compañía deberán aportar innovación y capacidad de negocios.
En todos los casos, es necesario entender las consecuencias, las decisiones de hoy van a condenar nuestro futuro, y la responsabilidad no será un plan maquiavélico imperialista, la culpa será nuestra, si no nos adaptamos.
Marcelo Lozano
Director CIO América Latina