Expertos en derechos humanos de la ONU han solicitado la suspensión del uso de Pegasus para monitorear a periodistas.
CIO AMÉRICA LATINA | Por Elibeth Eduardo | @ely_e
Seguramente el de México no es el único gobierno del mundo libre que “espía” de más de una manera a sus ciudadanos, en general, y a algunas “personas de interés”, en particular.
El problema suele presentarse cuando lo descubren, agravado por que la motivación de este ataque contra los derechos humanos es otra infracción pero aún peor.
Y ese es justo el problema que está enfrentando el gobierno mexicano: los organismos multilaterales suelen hacerse de oídos sordos cuando el argumento “spy” es la seguridad, la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y cosas así.
Pero usarlo contra los periodistas que vienen investigando el caso de la desaparición en 2014 de 43 estudiantes no parece cumplir los “objetivos antiterroristas” del software de seguridad Pegasus.
Tampoco que el mismo sea usado para “monitorear” a los expertos designados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar el caso.
La sombra de la duda y la impunidad
Pese a todos los esfuerzos del gobierno mexicano de acallar el escándalo, la agencia Reuters reporta una solicitud de expertos de DD.HH. de la ONU para que el Estado deje de usar el software. Al menos en este caso.
Según el reporte de Reuters, los expertos de la ONU no sólo solicitaron el cese completo de la vigilancia sobre los comisionados, activistas y periodistas sino, también, una investigación imparcial y exhaustiva.
Uno de los factores determinantes de este escándalo es que el software Pegasus es producido por la empresa israelí NSO Group con reputación (hasta ahora) de negociar solo con gobiernos según ha señalado Citizen Lab, quien descubrió el rastro de Pegasus en el teléfono de un comisionado de la CIDH.
Cabe destacar que Citizen Lab es un centro de investigación con sede en la Universidad de Toronto por lo que se presume su “neutralidad” y aumentando las dudas sobre la “imparcialidad” en la investigación de este caso.
Después de todo, a menos que nos encontremos frente a un escenario “Bourne”, le corresponderá investigar a las mismas instancias que colocaron la vigilancia, cosa que no le resulta satisfactoria a los expertos de la ONU.