Alestra fue creada en 1996 con la finalidad de ofrecer larga distancia en el sector residencial. 17 años después, la compañía mexicana es líder de innovación en TI en el país azteca. ¿Qué fue lo que hizo para mudar su esquema de negocio y sobrevivir?
CIO América Latina | Por Fernanda Martínez
Mario Saldaña, miembro del equipo de innovación de la empresa, asegura que el truco reside en migrar de modelo de negocio anclando la estrategia en la capacidad de innovar. De crear, pues.
“Alestra empezó siendo una empresa de larga distancia y hoy es una empresa de TI; cambió su modelo de negocio un par de ocasiones y sobrevivió. ¿Cómo? No dudó en usar a la innovación como modelo y esto repercute en las próximas estimaciones de modelos de negocio”, dice el especialista.
Para Alestra, la innovación es pieza clave tanto en su estructura de negocio, como en la cultura laboral que alimenta en sus empleados. Desde 2006, año en el que se creó el programa de innovación de la empresa, se han ahorrado USD$56 millones en mejoras continuas de las soluciones o servicios ofrecidos, todo con ideas del personal de la compañía.
En este aspecto 2014 fue un año crucial para el programa de innovación. Con un ahorro de USD$5 millones, soluciones como el Data Center Anywhere, que apuntala la estrategia de la empresa en la nube, representan también la línea de innovación tecnológica que Alestra está dirigiendo.
“Tenemos un centro que funciona como una catedral de este tipo de prácticas y además ya empezamos a ver pequeños espacios en Alestra, pequeñas esquinas en donde podríamos poner capillitas con pizarrones, pintarrones, post-its, banquitos para que la gente tenga acceso a esta cultura de innovación”, cuenta Saldaña.
-¿Han pedido orientación a psicólogos o pedagogos para los workshops de innovación que dan dentro de la compañía?
“No psicólogos, pero sí en educación. Un background que tenemos en nuestra carrera es la creación de experiencias, entonces puedo decirte que todos los esfuerzos educativos los vemos siempre como crear una experiencia y ahí si tuvimos apoyo en expertos en brand sense como Martin Lindstrom, con quien hemos tenido workshops y que se empeña en enseñarte cómo un mensaje se queda más en la gente cuando no sólo lo escuchas, sino también lo ves, hay olores relacionados y sonidos relacionados.
“Lo que sí empezamos a tratar de conseguir fueron técnicas de ideación, de innovación y de creatividad; al principio no encontrábamos en México, así que giramos la mirada hacia Estados Unidos, en donde en toda la zona de California y de Silicon Valley hay un montón de técnicas de creatividad y colaboración, y ahí fue en donde aprendimos más. Nuestro sueño en ese momento era estar en contacto con la gente de la Escuela de Diseño de Stanford y hoy en día estamos bien orgullosos de que hasta somos amigos de algunos de ellos”.
-Es interesante ver que se han capacitado para proveer cultura de innovación dentro de Alestra, o sea, no han traído a especialistas externos para capacitar a sus internos…
“Me llama la atención que lo veas de esa manera porque una de las características del área de innovación, desde 2007 que empezó, es que asimilamos las cosas. Al principio trabajamos con etnógrafos, que sí nos explicaron qué hacer al hablar con una persona, cómo hacerlos sentir cómodos y cómo no sentirnos como intrusos, pero después de un año de trabajar con ellos, nosotros empezamos a hacer las etnografías. Asimilar nos vuelve más ágiles”.
-Decías que ustedes voltean mucho a ver Silicon Valley, ¿qué ven exactamente?
“Lo que nos gusta mucho de Silicon Valley es que se valora la creatividad sin discriminación alguna, de dónde venga, de quién sea, si tienes una idea que valga la pena, encuentras quien la soporte, quien la apoye.
“Hemos visto varios modelos de innovación como la Escuela de Chicago, en donde los consultores siempre están de traje sastre, llegan con su maletín a verte y los métodos están más enfocados a consultores corporativos. Cuando trajimos a la gente de Stanford -como diferencia-, todos estaban sorprendidos de que llegaban sin calcetines, los pantalones arremangados, y sin embargo estás hablando del director del Fellowships Program del d.School de Stanford.
“Yo lo que creo es que no importa cuál de las 2 actitudes tengas, los 2 métodos no discriminan de donde vengan las ideas, aunque sí hemos visto que es más fácil en Latinoamérica venderle a la gente un proceso de innovación que es más humano”.
-¿Qué lugar de México tú podrías ver como un potencial Silicon Valley hablando de innovación y creatividad?
“Monterrey por la confluencia de industria, la cercanía con Estados Unidos, las universidades que siempre han sido un detonador de prosperidad en la ciudad; la Ciudad de México por todo lo que es; y Querétaro por el centro de crecimiento tan importante que es. Curiosamente esto coincide con los lugares en donde Alestra tiene Centros Sperto como una apuesta a los hubs de crecimiento que hay en México”.
-¿Crees que en México falta cultura de innovación?
“Con el paso del tiempo creo que es algo que está en proceso. Evidentemente no estamos al nivel de otros países, pero nos hemos dado cuenta que muchos clientes de los que nos visitan saben qué es una plataforma de ideación, nos preguntan por eso, por la metodología que empleamos, y te das cuenta que ya hay un lenguaje y set de prácticas comunes que nos hacen vivir más bien una curva de madurez.
“Nosotros sabemos que es un tema a revisar con nuestros clientes y lo primero es detectar en qué nivel de madurez se encuentra una compañía, esa curva de madurez de la innovación. Yo pienso que justo en esta curva de la que hablamos puedes poner a todas las empresas en México y muchas están justo en la mitad, que es un buen índice”.
-¿Podrías decir que el equipo de innovación de Alestra es materia de exportación?
“Yo creo que sí. Por ejemplo, tenemos un experto en Fore sight, que es una rama muy nueva que está monitoreando todo el tiempo las tendencias que vienen; tenemos un experto en la plataforma de ideación que habla con nuestros socios tecnológicos en Estados Unidos y Europa; y tenemos el uso de metodologías muy maduro”.
-Con todo lo que están apostando, pareciera que Alestra está apuntando a cambiar de ser una empresa de servicio a una que genera productos, ¿es así?
“Nosotros somos una empresa de servicios que arma soluciones, pero precisamente por el tipo de metodologías nos vemos como una empresa que hace productos, ¿por qué? Porque siempre bajo del producto estamos viendo la experiencia de uso de servicios y productos.
“Creo que de estos procesos saldrán servicios más interesantes, soluciones más interesantes y con consideraciones que antes no teníamos porque ahora ya entendemos de primera mano las necesidades de nuestro cliente”.
-¿La innovación puede ser un modelo de negocio?
“Sí, de hecho hemos apoyado a nuestros clientes y una de nuestras metodologías ‘juega’ -por decirlo de alguna manera- con los modelos de negocio como en un tablero en donde eliminas y agregas nuevas especificaciones”.
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