Telegram, quien tenía como sello de diferencia frente a otras aplicaciones, un fuerte sentido de seguridad, enfrenta a investigadores del Inteco (Instituto Nacional de Tecnología de la Comunicación), quienes han descubierto un fallo de seguridad que afecta sus servidores.
Inteco ha realizado un análisis del diseño que utiliza Telegram para autentificar a los usuarios encontrando un bug que permite a los atacantes interceptar información enviada por los usuarios sin que estos sean conscientes.
Según un comunicado difundido a la prensa hoy, el problema descubierto no está en la aplicación que instala el usuario, sino en el mecanismo que utiliza el sistema para identificar la comunicación entre cliente y servidor.
Desde Inteco apuntan que en Telegram se incluye una clave que permite al usuario asegurarse de que se está comunicando con la aplicación oficial, pero el problema recae en la API abierta, que permite a cualquiera “crear un cliente y hacer uso de los servicios proporcionados por el servidor”, explican en el informe.