Una innovación nacida en pandemia son los centros de datos modulares que intentan dar respuesta rápida a la demanda de mayor conectividad.
Mayor conectividad en menos tiempo es un conjunto de palabras que parecen apuntar a un oxímoron.
O, al menos, así esa antes de la pandemia de Covid-19. La necesidad de que no fueran mutuamente excluyentes ha llevado a una innovación que, también, combina palabras que parecían incompatibles:
- Flexibles
- De rápida fabricación
- Y más sostenibles que los tradicionales…
Son las primeras características destacables para los centros de datos modulares que, rápidamente, están transformando el mercado de la conectividad.
De hecho, y hay estimaciones de que, para 2022, el mercado global de centros de datos prefabricados podría alcanzar un valor de US$ 4.200 millones. Ello es más que los $2600 alcanzados en 2017, de acuerdo con 451 Research.
“La velocidad, la fácil instalación y la calidad controlada en la fábrica son elementos que apoyan las soluciones modulares, que van desde estaciones de aterrizaje de cables y centros de datos en el borde hasta centros de datos muy grandes y personalizados”, señaló Giordano Albertazzi, Presidente de Vertiv para la región de Europa, Medio Oriente y África.
Opción emergente
Los centros de datos modulares prefabricados se han transformado en una alternativa cada vez más popular, entre otras cosas, por ser:
- Fabricados y probados en una fábrica y enviados al sitio del cliente, en lugar de construirse en este.
- El método de construcción modular está siendo utilizado tanto en rascacielos como en centros de datos.
- Pueden fabricarse más rápidamente que los centros de datos tradicionales (en unos pocos meses en lugar de años).
- Son flexibles (pueden agregarse fácilmente bloques de racks adicionales y potencia informática según se necesite)
- Ayudan a las compañías a escalar su necesidades de computación con confianza
- Pueden mejorar la eficiencia
- Y ser más sostenibles
En los mercados emergentes, donde las tasas de interés algunas veces son mayores que en los mercados maduros, la velocidad y la flexibilidad de los centros de datos modulares pueden ayudar a los operadores y a las compañías a evitar costosos atrasos en la construcción de capacidad del data center.
Escalar con el mercado
Albertazzi destaca que tanto el crecimiento actual como el futuro de los centros de datos modulares prefabricados también vendrá de la computación en el borde de la red o “edge“.
En el edge computing los datos son procesados más cerca del usuario final o del dispositivo en el borde de la red, en lugares como las torres de telecomunicaciones 5G y los centros de datos prefabricados pequeños. O por medio de hardware como los nodos de las puertas de enlace.
El ejecutivo señala además que, de la mano de este proceso, habrá un aumento en el número de dispositivos del IoT.
“Para 2025, se necesitarán más de 100.000 millones de dispositivos en el borde de la red, por ejemplo, en sensores, cámaras y drones, y más de 100 millones de ubicaciones en el borde empresarial (incluidos los microcentros de datos)”, afirma.
Por su parte, Krešimir Krpan, Director de Ventas y Soluciones Globales de Vertiv para la región de EMEA declaró que, a medida que las necesidades de computación en el mundo continúen creciendo, Vertiv se compromete a ofrecer la mejor infraestructura física posible para apoyar los servicios digitales.