No son muchas las opciones en que América Latina pueda convertirse en una referencia global. La banca abierta es una de ellas.
Los avances de las empresas fintechs compensan la exclusión tradicional y brindan dinamismo a la experiencia a niveles competitivos con los logros globales.
Pagos instantáneos, criptomonedas y aplicaciones de “Compre ahora y Pague luego”, adquieren diferentes versiones en los países de América Latina y el Caribe.
La suma de es estas alternativas permite que la calidad de las experiencias escale rápidamente y mejore la adopción de la población.
Es por ello que Galileo Financial Technologies propone una estrategia centrada en el usuario para convertir la banca abierta en motor de inclusión financiera regional.
Como proveedor de infraestructura tecnológica para fintechs y bancos digitales, la empresa estima que es necesario conciliar una arquitectura que facilite esta transición.
“Europa fue pionera en establecer marcos regulatorios para la banca abierta, como la PSD2 y los estándares del Reino Unido. La regulación, por sí sola, no garantiza la adopción”, señala el Jefe de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Galileo Financial Technologies LATAM, Tory Jackson.
En contraste el ejecutivo resalta que, en América Latina, la banca abierta avanza con una energía distinta.
Así, países como Brasil, México y Chile ya han implementado marcos normativos robustos, y Colombia se prepara para hacer obligatorio el intercambio de datos.
De la teoría a la práctica
El Jefe de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Galileo Financial Technologies LATAM destaca que menos del 10% de la población europea utiliza servicios de open banking, según datos recientes.
Fragmentación normativa, resistencia institucional y desconfianza del consumidor han frenado su expansión.
Mientras tanto, la región de América Latina, aunque con problemas similares de fragmentación, ha superado los problemas de confianza.
Para el líder de Galileo, con más de 3.000 fintechs activas y un ecosistema financiero cada vez más digitalizado, la región tiene el potencial de superar a Europa en impacto y adopción.
En su análisis, América Latina debe complementar sus avances normativos con una estrategia centrada en el usuario. Es decir, crear productos que no solo funcionen: deben gustar. Mientras más, mejor.
“El mercado latinoamericano tiene fortalezas estructurales únicas: menor dependencia de sistemas bancarios legados, mayor agilidad digital y un enfoque más pragmático para resolver la inclusión financiera”, afirma Tory Jackson, Jefe de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Galileo Financial Technologies LATAM.
Para él, la banca abierta puede ser mucho más que una herramienta de interoperabilidad. Si se diseña con enfoque en el usuario, puede convertirse en una vía para democratizar el acceso a servicios financieros, especialmente en segmentos desatendidos.
La ruta al liderazgo
Desde la posibilidad de compartir datos entre bancos y fintechs para obtener mejores condiciones crediticias, hasta la integración de cuentas en una sola interfaz, el potencial de la banca abierta en América Latina es enorme.
Pero requiere que los productos sean deseables, no solo funcionales.
Este enfoque, que Jackson denomina “Gustanomics”, propone que los servicios de banca abierta sean útiles, compartibles y visualmente atractivos.
La idea es que la experiencia del cliente sea tan intuitiva y valiosa que impulse la adopción de forma orgánica.
Por su parte, Galileo juega un rol dinámico en este proceso. La empresa trabaja con actores clave del ecosistema para desarrollar soluciones que respondan a las necesidades locales:
- Desde onboarding digital
- Hasta gestión de datos compartidos
- Siempre con foco en la usabilidad y la confianza
“América Latina tiene una oportunidad histórica de liderar la banca abierta a nivel global. Pero para lograrlo, debe ir más allá de la regulación. La adopción no se impone: se diseña”, resaltó el Jefe de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Galileo Financial Technologies LATAM, Tory Jackson.
Con un enfoque pragmático, ágil y centrado en el cliente, la región puede convertir la banca abierta en una palanca real de inclusión financiera, innovación y crecimiento económico.