La tecnología suele generar zonas de confort. Por ello, sus sistemas heredados suelen ser una limitante para que las empresas avancen.
Si bien superar la obsolescencia supone importantes inversiones, el retorno suele provenir de los saltos que e logran en productividad.
Invertir para actualizar los equipos, aunque es un proceso necesario, suele encontrar resistencias naturales. Y excusas para una y otra y otra postergación.
Después de todo, actualizar los sistemas heredados en las organizaciones compite con aumentos de sueldos, nuevas contrataciones e, incluso, el inicio de nuevos proyectos.
Esto es un hecho. Pero también lo es el que, en algún momento, nos damos cuenta de que la tecnología con la que venimos trabajando ya alcanzó su techo de productividad. Es decir, no da más.
Los teléfonos inteligentes contribuyen en este proceso de descubrimiento.
Al no ser ya tan duraderos como en otros tiempos, nos damos cuenta cada dos o tres años que cada día son más y mejores las cosas que podemos hacer desde estos dispositivos.
Así que cada vez que uno de sus colaboradores actualiza su smartphone sueña con las cosas que su empresa podría hacer con tecnología actualizada. Tanto hardware como software.
Este suele ser el origen, casi inocente, de la tecnología de sombra, así como uno de los mayores impulsos para las plataformas. Porque ellas se actualizan, regularmente.
Anclados en lo que fue
Tal visión se encuentra reforzado por las investigaciones más recientes.
Según un nuevo informe de Strategy, en un entorno donde la velocidad y la precisión definen el éxito, dejar atrás los sistemas heredados es el primer paso hacia una inteligencia empresarial verdaderamente transformadora.
Esto también es un hecho. Pero tal declaración suele encontrar inconvenientes ora transformarse en realidad.
De hecho, el informe de Strategy resalta que:
- Aunque el 74% de las organizaciones considera la calidad de datos como prioridad para 2025
- Muchas destinan hasta el 80% de sus presupuestos de IT al mantenimiento de sistemas heredados
Puede que no lo parezca, pero estos resultados constituyen una gran contradicción.
¿Por qué? Porque mantener los antiguos sistemas que, en teoría, todavía funcionan limita, severamente, la capacidad de innovación de las organizaciones.
Ello sin contar que un requerimiento tan alto de mantenimiento deja escaso margen para la transformación digital.
¿Resultado? La fragmentación de datos, la información inexacta, los altos costos operativos y los riesgos de seguridad son solo algunas de las consecuencias que enfrentan las empresas que aún operan con arquitecturas tecnológicas desactualizadas.
“El problema no es solo técnico; es estratégico. Los sistemas heredados no solo están obsoletos, son un límite que afecta directamente la agilidad y competitividad organizacional”, señala el informe de Strategy.
De la obsolescencia al valor
Esta situación no solo limita la eficiencia interna, sino que también impide cumplir con regulaciones dinámicas y responder con agilidad a los cambios del mercado.
Dicho de otro modo, sin importar cuan bien crea usted que está trabajando hoy, si no ha actualizado sus sistemas heredados, a la larga, estos terminarán conspirando contra la salud de la organización.
Si bien la ciberseguridad suele ser el área en que la necesidad de actualización puede parecer más urgente, el informe se Strategy va más allá. Para la empresa el desconocer la capacidad de generar nuevo valor es un lujo que las empresas ni pueden ni deben darse.
Como respuesta a este desafío, Strategy propone una migración hacia plataformas de inteligencia empresarial basadas en Inteligencia Artificial (IA) y arquitecturas nativas en la nube. Estas soluciones permiten:
- Consolidar fuentes de datos en una única plataforma
- Reducir costos operativos
- Mejorar la seguridad mediante actualizaciones automáticas
- Y acelerar la toma de decisiones con análisis potenciado por inteligencia artificial.
Las organizaciones que han adoptado esta transición reportan mejoras sustanciales en eficiencia operativa, precisión de datos y capacidad de innovación.
Además, la experiencia del usuario se transforma gracias a: herramientas intuitivas, interoperables y actualizadas reemplazan interfaces obsoletas que limitaban la productividad y aumentaban los errores.
“La migración hacia plataformas modernas no es solo una actualización tecnológica; es una redefinición del modelo operativo”, concluye el informe de Strategy.
Las empresas que lo entienden están marcando nuevos estándares en agilidad empresarial.