Cuando hablamos de ventajas competitivas, la ciberseguridad industrial no suele figurar en América Latina.
La falta de cultura sobre la importancia del resguardo del dato mantiene a América Latina como blanco preferido del cibercrimen y sus ataques.
Desde siempre, las empresas de todos los tamaños han sabido que resguatdar sus activos es perentorio para lograr el éxito.
Así, durante gran parte del siglo XX y comienzos del XXI, la seguridad en las plantas de fabricación fue un tema casi exclusivamente físico: candados, operarios autorizados y perímetros cerrados.
Curiosamente, está arraigada costumbre no se ha trasladado a los activos digitales. Esto es particularmente grave pues la digitalización ha redefinido la industria manufacturera.
Digitalizar la manufactura se ha visto como un mecanismo para mejorar la productividad de las empresas.
Impulsada por el IIoT, el CAD colaborativo, el seguimiento GPS y la adopción masiva de servicios en la nube, la adopción de herramientas tecnológicas ha redefinido la industria manufacturera y logística.
Pero la gestión de la ciberseguridad en este ambiente no ha logrado el nivel de detalle que tuvo la seguridad física.
“Las organizaciones de la región deben priorizar medidas basadas en la prevención, incluyendo inteligencia de amenazas en tiempo real, segmentación de redes y prevención impulsada por IA”, puntualizó durante la realización del CPX 2025, el Jefe de Check Point para América Latina y el Caribe, Antonio Amador.
Producción bajo ataque
Todas estas previsiones están lejos de ser excesivas. Al contrario. Hoy, la amenaza más letal para una mana factura puede llegar por correo electrónico, pasar inadvertida durante día, y comprometer las líneas de producción más sofisticadas.
A principios del siglo XXI, las instalaciones de producción utilizaban software en diversas áreas. Pero estos sistemas rara vez estaban integrados y los departamentos solían operar de forma aislada.
Igualmente, las líneas de montaje robóticas ya se habían consolidado, principalmente en la industria automotriz. No obstante, estas líneas de montaje eran, en su mayoría, independientes, con una conectividad mínima con otros sistemas.
Y la conectividad entre la fábrica y los sistemas externos se limitaba a portales web para logística básica, inventario y mantenimiento.
Por todo ello y a pesar de la muy limitada conectividad de esa época, se registraron incidentes como el gusano Slammer (2003) y el gusano Zotob (2005).
Es por ello que proteger las redes de fabricación es una necesidad que evita interrupciones de la producción.
En especial en América Latina. Las amenazas ya no se distribuyen de forma homogénea.
Con su avance desigual en transformación digital y la creciente digitalización de servicios gubernamentales, la región se ha convertido en terreno fértil tanto para cibercriminales como para actores estatales.
El Informe de Inteligencia sobre Amenazas en América Latina de Check Point señala que:
- Las organizaciones de la región se enfrentan, en la actualidad, una media de 2.569 ataques por semana
- Esto representa casi un 40% más que la media mundial de 1.848 ataques por organización
- Durante el primer cuatrimestre del año, el 64% de los archivos maliciosos en América Latina se enviaron a través de ataques basados en la Web. Es decir, este es el principal vector de ataque.
- Con un aumento del 58% en el malware infostealer, los ciberdelincuentes están recogiendo credenciales, tokens de sesión y accesos VPN para infiltrarse en las redes corporativas.
Retos crecientes de la ciberseguridad industrial
En 2025, la digitalización está presente en todas las etapas de la fabricación. Desde el diseño inicial del producto con software CAD hasta los envíos con seguimiento GPS. Desde las plantas de producción hasta las instalaciones del cliente.
En este entorno sofisticado y altamente conectado, la seguridad es mucho más importante.
El Informe de amenazas de Check Point Research (CPR) destaca también que, en América Latina, los sectores que sufren el mayor número de ataques son el gubernamental/militar, las comunicaciones y la sanidad.
Todos ellos con incidentes semanales que oscilan entre más de 3.000 y casi 4.000.
No obstante, tanto la manufactura como la logística presentan, también, números crecientes, aunque por debajo de los sectores ya mencionados.
Con la incorporación, cada vez mayor, de dispositivos conectados, el perímetro de seguridad se ha desdibujado.
Por ello, los vectores de ataque se diversifican:
- Fallos en configuraciones de nube
- Dispositivos de borde comprometidos
- Y abuso de modelos de SSO
Todo apunta a un entorno más fragmentado, interdependiente y riesgoso.
En respuesta a este escenario, el informe Cómo los fabricantes pueden convertir la seguridad en una ventaja competitiva de Check Point, revela que las organizaciones del sector han comenzado a adoptar arquitecturas de red como SASE (Secure Access Service Edge).
¿Por qué? Pues, porque estos sistemas no solo actúan como barrera frente a los posibles ataquea. Dicho de otra manera, las prácticas de ciberseguridad industrial de nueva generación constituyen, también, un elemento de eficiencia empresarial.
La madurez de datos como defensa
¿Cómo? En principio porque, al generar un mapa de riesgo, las empresas establecen, además, cuales son sus datos más valiosos. Y por qué.
Ello le permite no sólo defender toda esta información si no, también. aprovecharla.
Algunos casos presentados durante el evento anual de Check Point mostraron tendencias claves como que:
- Cuando la ciberseguridad deja de ser una reacción y se convierte en una capa estratégica, su impacto trasciende al departamento de TI.
- Este avance hacia las distintas áreas de la organización se traduce en mejora operativa.
A medida que la fabricación se digitaliza e interconecta cada vez más, la seguridad ya no es solo una preocupación de TI, sino un factor clave para el negocio.
Al implementar una solución de seguridad moderna tipo SASE, los fabricantes no solo pueden proteger sus operaciones de las ciberamenazas sino, también, impulsar la eficiencia, reducir costos y obtener una ventaja competitiva.
La comprensión y protección de los datos estratégicos hacen que ciberseguridad industrial moderna no sea una práctica que limita, sino una que habilita.