La empresa de ciberseguridad Kaspersky advierte de robos de identidad y estafas que vulneran la biometría facial.
Así que bancos y otras instituciones deberán recurrir – de nuevo – al doble factor de verificación.
La noticia de Kaspersky de que la biometría no es la panacea para evitar el robo de identidad es descorazonador.
Y es que, justo cuando uno comienza a sentirse seguro se (re) confirma que tal cosa es imposible.
Así de talentosos son los ciberdelincuentes. Pero saber esto ni lo hace más digerible. Lo cierto es que expertos de Kaspersky han enviado una ansiosa advertencia sobre la llegada a América Latina de la estafa de la cara falsa.
Como su nombre lo indica, las víctimas de esta tecnología descubren que ciberdelincuentes han abierto sus cuentas bancarias utilizando maniquíes y fotografías de los desbancados.
Armados con estos recursos, los delincuentes cibernéticos piden préstamos que pagarán las víctimas, engañando a la verificación biométrica de las apps de instituciones financieras.
Latam en la mira
Los datos de los especialistas de Kaspersky apuntan a que, más bien, había demorado en llegar esta práctica a nuestras playas.
¿Por qué? Pues porque América Latina destaca como destino ideal para este tipo de robo de identidad.
La razón es muy sencilla. Los especialistas de la empresa apuntan a que:
- 75% de los latinoamericanos cree que las soluciones biométricas son seguras
Así que es probable que no tomen medida de protección ante la amenaza que se aproxima… hasta que sea tarde.
Recordemos que la biometría facial se basa en el análisis del rostro en cual el programa lee la geometría de la cara de los individuos.
Es decir, datos como:
- La distancia entre sus ojos
- La forma del pómulo
- Y el contorno de los labios
- Orejas
- Barbilla
Toda esta información permite identificar los principales puntos de referencia faciales que distinguen una cara de otra.
Su impresión facial se compara con una base de datos de otros rostros conocidos.
Por ejemplo, en las redes sociales, las fotos etiquetadas con el nombre de una persona pasan a formar parte de una base de datos, que también puede utilizarse para el reconocimiento facial.
Face off, el terror de la biometría
Al final de día, la forma de la cara depende mucho de su estructura ósea. Al respecto, ya en 1997 la película de John Woo, Face Off, le daba sentido al refrán que señala: “Caras vemos. Corazones, no sabemos”.
Sin duda, el recuerdo de la sustitución realizada por el personaje de Jonh Travolta del gangster encarnado Por Nicolas Cage (y viceversa) puede haber servido de inspiración para la actual estafa.
Para llevar a cabo la estafa de la cara falsa, el delincuente utiliza una foto de la víctima para “intercambiar el rostro” con un maniquí.
Así abren múltiples cuentas en aplicaciones bancarias y solicitan préstamos. Este método les permite evadir escribir el nombre de usuario y la contraseña del titular de la cuenta.
Se calcula que esta estafa ha generado unas pérdidas de alrededor US$ 200.000.
Fabio Assolini, director del Equipo Global de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky recordó que la conveniencia es enemiga de la seguridad.
“Además de la biometría, sugerimos emplear otro paso para complementar: ya sea con una contraseña con el uso de dígitos u otra biometría disponible. Un dispositivo seguro no es aquel al que sea más fácil acceder, sino el que cuenta con más capas de seguridad”, concluyó.