Aunque Argentina es una de las más importantes economías de la región, su camino al 5G esta por debajo de otras naciones.
No obstante, los avances del 4G y la fibra óptica lucen como una buena base para el despliegue.
No, no hay una carrera por el 5G en América Latina. Al menos no forma oficial. Pero las naciones siempre prefieren ser pioneras, especialmente cuando sus economías son importantes como es el caso de Argentina.
La nación tiene casi una cobertura universal de 4G y banda ancha: 90% de penetración en hogares.
De hecho, una presentación reciente de Carrier y Asociados organizada por 5G Americas señala que la banda ancha móvil es el servicio de mayor penetración en los hogares argentinos.
El informe se realizó dentro del marco de la próxima subasta de espectro radioeléctrico orientada a brindar frecuencias para el despliegue de la tecnología 5G.
El objetivo de la misma era establecer dónde está la nación en este momento en cuanto al despliegue de esta nueva generación tecnológica.
Los resultados de la investigación de Carrier y Asociados apuntan a que el rezago en fibra óptica se está proyectando sobre el 5G.
Rieles de fibra
Visto así, pareciera que, si el 5G fuera una ferrocarril, la fibra óptica funciona como los rieles qué permiten un despliegue rápido y con mejores obstáculos.
Sin embargo, esta no fue la opción de conectividad preferida por Argentina para la introducción de las generaciones previas por lo cual, su rezago en fibra óptica está relentizando las posibilidades de escalar en conectividad de mayor velocidad.
No obstante, no hay que equivocarse: la nación cuenta actualmente con una conectividad importante según el informe Carrier – 5G Americas. Así, el mercado móvil argentino cuenta con:
- 62 millones de líneas en total
- De estas, sólo 49,4 millones están en uso
- De este total, hay 45,7 millones que están asociadas a un teléfono smartphone
- Y poco menos de 4 millones que están asociadas a lo que es Internet de las Cosas (IoT)
En definitiva, existen el país unos 40 millones de usuarios únicos de servicios móviles, aproximadamente.
Móviles de quinta generación
Un dato importante que reveló el estudio de Carrier es que, al observar el parque de teléfonos móviles en Argentina, se percibe que 7% de los dispositivos son 5G.
Esto, ciertamente es un número bajo. Pero indica una potencialidad de usuarios que ya hoy podrían estar disfrutando del servicio y/o servicios asociados a esta tecnología.
Después de todo, si pueden costear los dispositivos, seguramente tienen hábitos de consumo de streaming – por ejemplo – compatibles con el 5G y sus costos asociados.
Seria, más bien, la extensión territorial el desafío más importante, según Carrier.
“A su amplio territorio (octavo mayor país del mundo por superficie) y su escasa densidad poblacional (174º del mundo en este apartado) se suma su distribución desigual”, explicó Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados.
Sobre el punto de la desigualdad, Carrier hizo notar (para ilustrar) que sólo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentra la misma cantidad de habitantes que 14 provincias sumadas.
Superar las barreras burocráticas
La dificultad que supone la extensión territorial se magnífica debido al avance insuficiente de la fibra óptica en el pais.
“En comparación con otros países de la región, Argentina viene retrasado en el despliegue de fibra óptica”, destacó el Director de Carrier.
Agregó qué el rezago se evidencia en las cifras:
- Argentina está a 26% de los accesos de banda ancha con fibra óptica
- Frente a un Brasil que tiene 71%
- O Chile con un 66%
Carrier señaló qué, Incluso Colombia que es el país más comparable en términos de población ha mostrado un crecimiento más acelerado en los últimos años.
Y es que, con la fibra óptica, ocurrio el “exceso de celo burocrático” que está experimentando el 5G hoy en Argentina, de cara a la próxima subasta de espectro radioeléctrico.
“Algunos puntos de discusión vigentes son la vigencia del DNU 690 —un decreto de necesidad y urgencia que afecta a las tarifas del servicio—, el precio de la subasta y la limpieza del espectro, y la disponibilidad de divisas para importar equipamiento de infraestructura, entre otros”.
Carrier destacó que odos estos factores redundan en una falta de previsibilidad para los operadores, relentizando los procesos e inversiones.