Las instituciones financieras ofrecen una amplia gama de posibilidades para la obtención de un crédito empresarial con el que se puede aumentar la capacidad operativa de las empresas y apuntar a un mayor crecimiento comercial.
Puntos a considerar al solicitar un crédito empresarial
Es importante estudiar los detalles relacionados con cada uno de estos instrumentos e informarse con relación a las tasas de interés, los montos de amortización de deudas, los cálculos de las cuotas y los costos de adquisición. Estos dependerán de las necesidades y características de cada cliente.
Saber diferenciar qué banco ofrece las mejores condiciones puede ser un proceso largo, ya que se deben comparar los requisitos que piden y cuál opción será la más conveniente. En ese aspecto es bueno saber que hay asesorías sin costo que te pueden ayudar a tomar la mejor decisión.
¿Qué tipo de opciones ofrece el mercado?
Para la elección de alguno de estos instrumentos financieros es relevante entender la función de cada uno de ellos y cómo pueden potenciar a las empresas adaptándose a requerimientos específicos. Entre las opciones de crédito empresarial disponibles en el mercado se encuentran:
- Crédito Anticipo: Esta opción permite a las empresas acceder a créditos con base en el historial de ventas realizadas con tarjeta bancaria. En ellas se considera el volumen de ventas y los montos, se proyectan ingresos y se gestiona la aprobación del monto, anticipando las ventas futuras para un plazo de entre 15 y 45 días.
- Crédito simple: Es un crédito orientado a potenciar ventas, con un plazo de 3 a 5 años, con el que se puede invertir en activos fijos, como por ejemplo, renovación o adquisición de maquinarias o remodelaciones. Está dirigido a Pymes y pueden acceder a él empresas que, por lo general, tengan al menos dos años de antigüedad.
- Crédito revolvente: Con este tipo de créditos las empresas pueden contar con liquidez a corto plazo y aprovechar oportunidades de mercado puntuales, como compras de contado con descuentos o transacciones que requieran de solvencia inmediata. Consiste en un monto límite preaprobado del que sólo se pagará intereses por la suma utilizada.
- Crédito de arrendamiento: El objetivo de este financiamiento es facilitar la adquisición que maquinarias y equipos a las empresas, con los que podrán aumentar la productividad de sus actividades. Está dirigido a pequeñas empresas, con al menos un año de antigüedad y que, preferiblemente, puedan demostrar buen desempeño en el Buró de crédito.
- Crédito hipotecario empresarial: Para aquellas empresas que desean incrementar su patrimonio y participar en el mercado de inmuebles destinados a funciones comerciales, esta podría ser la opción ideal. Con este crédito puedes acceder al financiamiento de oficinas, locales, bodegas y a terrenos con fines comerciales o industriales, con tasa fija de interés y sin penalizaciones al realizar pagos de mensualidades anticipadas.
- Tarjeta de crédito: Este instrumento está dirigido a Personas Físicas con actividades empresariales y a Personas Morales. Permite acceder a un crédito revolvente asociado a una tarjeta con el que se pueden potenciar actividades económicas e impulsar negocios.
¿Cómo tomar la mejor decisión?
Con todas las opciones en mente, al momento de elegir un crédito empresarial, obtener una asesoría financiera es lo más recomendable, ya que tienes la posibilidad de contar con el apoyo de profesionales que podrán facilitar información pertinente y agilizar el proceso de solicitud y aprobación del crédito de tu preferencia.
Un asesor financiero está para ofrecer herramientas financieras que te permitirán tomar la elección más ajustada a las circunstancias y preferencias que tengas y sean de tu conveniencia. Así podrás comparar las mejores condiciones que te ofrece el mercado sin costo alguno para ti.