Esta historia podría comenzar como muchos cuentos: “Hubo una época, no muy lejana”. Pero la cuestión es que no es un cuento, es historia actual; reciente. Cuando el mundo de los teléfonos celulares o móviles era dominado por dos jugadores: Nokia y BlackBerry.
Un análisis de sus trayectorias, hecho por la aceleradora de proyectos y empresas móviles, Vrainz, destaca algunos errores comunes que las llevaron al ocaso. En el caso del fabricante finlandés, en el último trimestre de 2007, alcanzó la despampanante cifra del 50,9% de market share en el rubro de los teléfonos inteligentes.
Para la canadiense la gloria llegaría dos años después, en el primer trimestre de 2009 cuando alcanzó el 20,1%, cifra que conservaría, aproximadamente, hasta el comienzo de su declive un año y medio después, en el tercer trimestre de 2010. Hacia comienzos de 2013 ambas empresas se encontraban en el orden del 3%, con pocos prospectos de competir con Apple, Samsung y otras estrellas emergentes del mercado móvil.
La lista de circunstancias y malas decisiones que llevaron a ambas compañías a caer en picada puede resumirse en que las dos apostaron por ecosistemas incapaces de ofrecer la experiencia de usuario y versatilidad que mostraban sus competidores.
En el caso de BlackBerry, la empresa se aferró a su sistema propietario, el cual a pesar de su popularidad en el mundo corporativo, se vino a pique porque combinaba una usabilidad pobre con un mal soporte para los desarrolladores.
En cuanto a Nokia, luego de apostar fallidamente por Symbian por muchos años, y de experimentar con nuevos sistemas operativos como MeeGo, la compañía terminó optando por Windows Phone, un sistema operativo elegante y robusto, pero menos desarrollado que Android y iOS, que no le permitió explotar al máximo su potencial y su reputación.
El informe de Vrainz dice textualmente que en ambos casos, “la obstinación y la falta de contacto con lo que pedían sus consumidores terminó por destruirlas, algo que poco tiempo antes parecía totalmente imposible. BlackBerry se vio obligada a sufrir una reestructuración violenta, que casi acaba por completo con la compañía. Nokia, por su parte, terminó por venderle su división de dispositivos y servicios a Microsoft en 2014, una operación que a la empresa fundada por Bill Gates le terminó costando cara, y que terminó, así como en el caso de la canadiense, en una reestructuración y en miles de despidos”.
Aun así, ambas compañías hoy buscan renacer y recuperar, aunque sea, una parte del mercado perdido y el prestigio que alguna vez sus marcas supieron tener. Así como su declive tuvo similitudes, Vrainz sostiene que el plan que las empresas tienen para volver al mercado, también tiene algo en común: adoptar Android y fundar sus estrategias en sus fortalezas anteriores.
Blackberry: ¿Cómo el ave Fenix?
BlackBerry ya anunció su vuelta varias veces. Y en cada oportunidad falló en su intento de colocarse a la altura de las expectativas. Los intentos generaron pérdidas de casi mil millones de dólares para la empresa y todo tipo de especulación sobre su futuro. Pero este año, Blackberry finalmente decidió hacer el cambio radical que muchos esperaban y lanzó el Priv.
“Este Smartphone es un slider, un diseño que no se veía hace años, equipado tanto con un teclado físico como con uno móvil, y con una versión casi pura de Android. A diferencia de otros equipos, incluye distintas herramientas clásicas desarrolladas por la compañía, como el BlackBerry Messenger, y otras características como el BlackBerry Hub que permite concentrar los mensajes de todos los servicios y aplicaciones en una sola pantalla”.
La estrategia apunta a insertar a la compañía en un ecosistema mucho más amplio y capaz de ofrecer mayor versatilidad a sus usuarios y, al mismo tiempo, enfocarse en un nicho específico dentro de los usuarios de este sistema operativo: el mercado corporativo. A través de acuerdos de colaboración con Google, BlackBerry planea convertirse en la alternativa segura, ideal para negocios, que ningún otro fabricante hoy puede ofrecer.
“Cuesta creer que la empresa pueda recuperar la posición de liderazgo que alguna vez tuvo. Sin embargo, es posible que vuelva a convertirse en un referente indiscutido en el mercado al que apunta, algo que en un mundo donde la competencia crece exponencialmente y la diferenciación entre fabricantes es cada vez menor, no resulta poco”.
Nokia: Que si sí, que si no
A pesar de haberle vendido su negocio a Microsoft, Nokia planea volver a la carga en 2016, una vez que su acuerdo de no competir expire. Esta vez, el fabricante finlandés no busca arriesgarse ni quedarse afuera de la tendencia, y lanzará nuevos equipos donde el sistema operativo será nada menos que Android.
Para esto la empresa ya comenzó a hacer algunas pruebas, entre las que se destacan en lanzamiento del Z Launcher, una interfaz de usuario peculiar para el sistema operativo de Google, y la tableta N1, la cual vende en el mercado chino. De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters publicado en agosto, Nokia está contratando a desarrolladores y expertos en Android para su centro de innovación en California.
Al mismo tiempo, la empresa está finalizando la compra de la francesa Alcatel Lucent, uno de los principales fabricantes de equipamiento, software y servicios para compañías de telecomunicaciones. Si bien esta empresa no fabrica equipos (los smartphones Alcatel son, en realidad, diseñados y vendidos por la empresa china TCL, a la cual la francesa le licencia su marca), ésta cuenta con un equipo de primer nivel, en el que se destacan ocho premios Nobel, que le darán valor a los proyectos de la empresa.
La estrategia parece basarse en el diseño de nuevos equipos y licenciar su fabricación y marca a otras empresas para que éstas se hagan cargo del riesgo. De esta forma, la compañía difícilmente pueda construir un negocio verdaderamente rentable, y mucho menos recuperar el glamour y la magia que alguna vez supo tener. Pero es un nuevo comienzo.
“Como la mayoría de las industrias tecnológicas, la móvil ha tendido desde un principio a la convergencia y a la polarización entre dos o tres ecosistemas. La capitulación de BlackBerry y Nokia no es otra cosa que una prueba más de este fenómeno. Pero así como lo hicieron alguna vez, nada impide que una de estas empresas con tradición de innovación no sea la que desarrolle el próximo gran equipo, y vuelva a ponerse al frente”.
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