Nvidia anunció en el 2011 el inicio de sus trabajos para desarrollar un chip de 64 bits, basado en tecnología ARM, el llamado proyecto Denver. Según sus planes, se trataba de crear un procesador con esta frecuencia que sirviera tanto para PC, como móviles o servidores. La idea pasaba por integrar sus chips Tegra con unidades gráficas GPU en servidores, pero esos planes no han llegado a ver la luz.
De hecho, su próximo chip Tegra K1 incluirá una CPU de 64 bits y llegará a finales de este año, pero se integrará en smartphones, tabletas y automóviles, por ejemplo, no en sistemas PC o servidores.
Este abandono deja el mercado en manos de cuatro fabricantes de chips ARM para servidor: AMD, AppliedMicro, Broadcom y Cavium, mientras que Nvidia, conocida por sus tarjetas gráficas, se centrará en el desarrollo de una unidad gráfica de alto rendimiento, Tesla, para servidores ARM. “Tenemos que seguir centrándonos en la construcción de grandes GPU para ARM”, ha explicado Ian Buck, vicepresidente de informática de Nvidia.
El caso es que los servidores ARM se están empleando en web hosting y cloud computing, pero también como alternativa de baja potencia para los servidores x86 que dominan el mercado. No obstante, siguen planteando interrogantes en cuanto a su papel como chips servidor, e incluso el pionero en este propósito, Calxeda, se vio obligado a cerrar a finales del año pasado tras no encontrar fondos para su financiación.
Los servidores con chips Tegra de Nvidia ya se han utilizado en el pasado, por ejemplo, en el Centro de Supercomputación de Barcelona, que construyó supercomputadoras basadas en Tegra 2 y 3, como forma de poner a prueba la eficiencia energética de los chips ARM. Sin embargo, ese esfuerzo fue sustituido por una supercomputadora con chips de teléfonos inteligentes, en concreto, en los chips Exynos de Samsung.
Agam Shah, IDG News Service