Con la reciente tendencia de regresar al insourcing, se presentan nuevos retos y cuestionamientos, y antes de realizar cualquier movimiento es necesario considerar todos los objetivos y beneficios de la empresa, no sólo los costos. La decisión de volver al insourcing debe alinearse a las prioridades del negocio y estar basada en metas claras y validas.
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Es esencial desarrollar un modelo económico de tres a cinco años para lograr comprender mejor los objetivos de la decisión y el departamento de Recursos Humanos puede ayudarnos a ello. Entre el tipo de factores que hay que tomar en cuenta, se encuentran los costos de transición, reclutamiento masivo, indemnizaciones, espacio, relocación.
Además, dependiendo de la escala del nuevo modelo de insourcing, se debe hallar el mejor momento para hacer la transición. Se debe medir el tiempo del insourcing para evitar que el proceso impacte las operaciones de la organización.
Cualquier iniciativa de insourcing sucede a través de distintas etapas, por lo que es esencial desarrollar procesos que operen en un modelo híbrido, dado que el rendimiento de los proveedores probablemente disminuya. Puede que al principio no sea clara la manera en la que las nuevas solicitudes de trabajo deben ser entregadas, evaluadas, priorizadas y cumplidas.
La cooperación de los socios anteriores, especialmente al momento de mantener a sus empleados, es de vital importancia para una transición exitosa al nuevo modelo in-house. El rebadging (contratar empleados que solían trabajar para la misma empresa en un modelo de outsourcing) es una opción válida en este tipo de procesos y se puede obtener una tasa del 50% al 70% de rebadging.
Manejar internamente las funciones de TI es una tarea compleja y deben considerarse los riesgos técnicos como dependencias de aplicaciones, complejidades en infraestructura y la consolidación o migración de centros de datos.
Se debe llevar a cabo un ejercicio de racionalización de las aplicaciones y retirar o consolidar dependiendo de los resultados y los objetivos. También es necesario priorizar las transiciones de gestión de aplicaciones basándose en la importancia y asignar suficiente tiempo para la transferencia de información. Algo que debe evitarse es migrar y consolidar centros de datos y aplicaciones simultáneamente, ya que hacerlo de esta forma complicará el proceso de resolución.
Una organización que planea mudarse a un modelo interno debe desarrollar un registro de riesgos que incluya todos los enfoques de mitigación asociados y seguir refinando el plan mientras el programa interno evoluciona.