Aunque Apple y Samsung son las grandes protagonistas en la batalla mundial de las patentes, son más las empresas que registran inventos y tecnologías que no han desarrollado por si mismas con el único objetivo de demandar a quien las infrinja.
Así lo afirma un reciente estudio realizado en Estados Unidos y que señala que al menos cuatro de cada diez conflictos judiciales por infringir patentes están relacionados con las denominadas “empresas trolls”.
Un término que hace referencia a aquellas compañías que no desarrollan su propia tecnología ni tienen intención de comercializarla de modo alguno sino que simplemente compran patentes para hacer dinero cuando alguien trate de infringirlas.
Dicho de otro modo, es como un juego de Monopoly sólo que los trolls de patentes no están ni tan siquiera en el negocio hotelero.
El informe “Effects of Patent Monetization Entities on US Litigation” señala que este tipo de empresas han incrementado un 22% su actividad judicial con respecto a hace cinco años, así como parece que son reacias a llevar sus denuncias muy lejos en el proceso, prefiriendo un acuerdo previo a una sentencia firme.
¿Especulación perniciosa o negocio legítimo? Esa es la pregunta que subyace siempre tras este tipo de empresas. Lo que si se sabe a ciencia cierta (gracias a un estudio de la Boston University School of Law) es que la existencia de estos trolls de patentes supusieron un coste de más de 29.000 millones de dólares a las empresas de TI norteamericanas en 2011.