La Seguridad Ciudadana constituye el desafío, no solo de Argentina, también de la región, como podemos observar lo que sucede en Brasil, con revueltas sociales que han sorprendido a las autoridades, desafiando a la capacidad de los servicios de inteligencia estatales de brindar información fehaciente en tiempo real.
Todos recordamos la célebre frase del Presidente Clinton, cuando sacudió a la sociedad norteamericana y la puso en la senda de uno de los ciclos más fructíferos de la historia de la Unión. Ciertamente la elección del título de esta nota, intenta emular ese efecto para encontrar la senda hacia sociedades más seguras y eficientes a la hora de proteger a los ciudadanos.
La seguridad ciudadana requiere de una visión holística de la problemática que nos permita analizar el inconveniente como un todo sin perder el foco con políticas que solo atienden a situaciones coyunturales propias del momento.
La Sociedad es un sistema vivo que evoluciona como tal, y el delito no escapa a estas leyes naturales, es sin dudas por esta razón que los gobiernos tienen tantas dificultades para alcanzar la velocidad necesaria para responder de manera eficiente ante organizaciones delictivas que adquieren mayor dinámica y se mueven con una fluidez marcada con respecto a las fuerzas de seguridad.
Los servicios de inteligencia del estado se manejan con estructuras perimidas, no cuentan con capacidad para responder a los desafíos que plantea el siglo XXI y quedan afuera de la verdadera guerra que se da en el campo de la información.
Junto con mi equipo, en la Fundación DACSSI, hemos trabajado en algunas teorías que demuestran que la razón del fracaso persistente del Estado en materia de seguridad puede reducirse a muy pocas causas ligadas a una pésima política de manejo de estratégico de la información para crear un sistema de seguridad capaz de adaptarse al cambio constante de la Sociedad.
Resulta casi lógico que si vivimos en la Sociedad de la Información, sea el dominio de los datos la ventaja estratégica necesaria para combatir el delito con mayor éxito.
Aumentar los programas de análisis de seguridad internos con servicios de inteligencia propios para amenazas, que evalúen datos fiables y fuentes de información relevantes, resulta vital para comprender el entorno, las causas, los objetivos de defender y los recursos necesarios.
Algunos de los puntos relevantes para efectuar un cambio positivo son:
La diversidad de sistemas que el Estado ha comprado ha duplicado esfuerzas y ha creado compartimientos estancos que no permiten fluir la información de forma dinámica para generar resultados efectivos.
- Es necesario establecer un comando unificado a nivel nacional sobre el proceso de los datos, respetando la privacidad de los datos, pero entendiendo que este derecho no es superior a la seguridad comunitaria.
- Se debe establecer una arquitectura de datos compartidos dentro de los organismos de seguridad, no es lógico que los sistemas de cada fuerza rara vez hablen entre sí.
- Es necesario una migración a una arquitectura unificada dentro de las plataformas existentes.
- Es imprescindible trabajar sobre un esquema de herramientas abiertas y escalables que brinden agilidad analítica sustentable.
- Se deben proveer capacidades antropológicas para el análisis de datos. Los análisis de datos componen un área donde es manifiesta la escasez de talento. Los científicos de datos con preparación sobre seguridad son muy escasos, abriendo una eminente demanda de estos perfiles
- Es necesario establecer una política global de ciberseguridad, es imperativo preparar recursos para librar esta batalla sin balas para proteger a nuestra sociedad.
- Hay que atacar a las amenazas internas y externas en su génesis, brindado la capacidad de intervenir cuando el Estado tiene capacidad y no cuando es desbordado por la situación.
Por Dr. Luis Yrimia – Presidente de la Fundación DACSSI