La tecnología es un catalizador de la economía, y muchas veces nos cansamos de leer cientos de notas y trabajos, en los que el análisis de la penetración de una tecnología, pasa exclusivamente por la tecnología y no por los hombres.
De inmediato viene a mi memoria el recuerdo de grandes próceres de la tecnología, el Ingeniero Daniel D. Farías, Marcelo Yankilovich, Rubén Bernal, Salvador Crespo, Mario Domínguez, Miguel Extramiana, Augusto Gueventter, los hermanos Cornejo, Eduardo Merlín, Billy Reynoso, Marcelo Menard, Claudia Gomez Costa, Enrique Draier, Federico Raggi, Jorge Cella, Peter Gervai, Pablo Abdian, Jorge Cassino, Carlos Zárate, Esteban Corio, Alejandro De Belva, Nicolás Jodal, Breogán Gonda, Carlos Tomassino, Sebastian Bellagamba, Patricio Seoane, Luis y Sergio Szychowski, Analía Remedi entre muchos otros.
Ellos han sido los verdaderos responsables de la tecnología que hemos consumido en los últimos 25 años, construyeron la brecha cuando no existía camino, armaron un mercado y escribieron las primeras páginas de esta historia, no ganaban un negocio, directamente lo inventaban.
En muchos casos, recuerdo que yo utilice diferentes tecnologías a medida que alguno de estos próceres, pasaba de una compañía a otra y su influencia sobre la cosa tecnológica siempre fue preponderante.
La nueva generación irrumpió con fuerza, pero ha demostrado que no tienen la capacidad que estos profesionales tenían en la época en la que la tecnología cambiaba la fisonomía de todas las naciones latinoamericanas.
No se sabe vender, no se conoce el negocio del cliente y se cree que la cresta de la ola se alcanza con presenciar un evento internacional.
Sin dudas, es necesario rescatar la memoria de quienes como verdaderos emprendedores, formaron el mercado tecnológico regional y fueron responsables de la permeabilidad que este mercado tuvo con muchos productos que aún siguen siendo exitosos.
Las nuevas generaciones deben cambiar su mentalidad, deben mirar al mercado desde un punto de vista más realista.
El mundo NO termina en estrategias 2.0 y en pseudo liderazgos mediáticos, los Cisnes Negros han marcado la diferencia y han promovido que lo altamente improbable suceda, a fuerza de talento, esfuerzo y mucho trabajo.