Se acerca el momento en que la sociedad de Latam empiece a presionar por mejor conectividad con el desarrollo de infraestructura 4 y 5G.
Es sabido que, por un gusto excesivo de Estados imbricados y poderosos, en América Latina tenemos problemas con el desarrollo de procesos que aceleren cambios.
Más aún con el diseño de incentivos eficientes que permitan reducir las brechas. La sociedad post Covid-19, sin embargo, no parece tener espacio para taras culturales.
Si se quiere que los gobiernos aligeren sus demandas para acelerar los procesos de despliegue de infraestructura, de manera tal que mejore la conectividad, los sectores productivos, sociales y académicos van a tener que presionar.
Y, mientras más pronto, mejor. Debemos recordar que la banda ancha móvil se transformó en una herramienta fundamental para mantener la actividad económica y el desarrollo social en América Latina y el mundo.
Más durante los peores momentos del Covid-19. Pero no es suficiente de cara al futuro.
Para continuar con el despliegue y actualización de las redes de telecomunicaciones que requiere el avance de 4G y 5G en la región será necesario:
- Facilitar la obtención de permisos gubernamentales
- Y establecer mecanismos que incentiven el tendido de redes en zonas de baja rentabilidad
Simplificar es desplegar y despegar
Esta es una de las primeras y fundamentales conclusiones del reporte “Mejores prácticas internacionales para el desarrollo de Infraestructura de redes 4G y 5G en América Latina”, el más reciente estudio de 5G Americas.
En este informe se analizó:
- El estado de la infraestructura de telecomunicaciones inalámbricas en la región
- Los retos para su despliegue en zonas urbanas y rurales
- La evolución a nuevas tecnologías
- Así como los elementos habilitadores para el despliegue de infraestructura
José Otero, vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Americas destacó al respecto de los hallazgos del informe indican que existe una necesidad en América Latina sobre cómo fomentar la continua inversión en infraestructura, teniendo en cuenta que el servicio móvil es uno de los que más capital requiere debido a que debe renovarse constantemente.
Recordó también que en casi toda la región, especialmente en América Central, tenemos una gran escasez de espectro radioeléctrico asignado y despejado para utilizarlo en servicios de telecomunicaciones.
“Hay países donde hace más de 20 años no se han asignado frecuencias. Del mismo mood, existen países en la región donde hay más de una entidad de Gobierno regulando el despliegue de infraestructura”, alertó Otero.
Aligerar como objetivo
Del mismo modo, el vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Americas destacó que el informe enumera una serie de lineamientos que pueden contribuir a que las estrategias y políticas públicas faciliten el despliegue de infraestructura y la adopción digital.
Entre estas recomendaciones nés encontramos algunas como:
- Definir en forma precisa y estandarizada los procedimientos para despliegue de infraestructura
- Implementar una ventanilla única para la tramitación de autorizaciones para tendido de redes
- Adoptar una normativa nacional o unificar en un manual normativo los requisitos a distintos niveles de Gobierno
- Flexibilizar la adopción de celdas pequeñas (small cells)
- E incentivar el despliegue de redes en áreas de baja rentabilidad o retornos de inversión a largo plazo
Además, el análisis también recomienda generar normativas que favorezcan la coubicación de equipamiento de red, asi como facilitar los acuerdos para compartir la infraestructura entre el sector privado.
Igualmente, se requiere disponer frecuencias de espectro radioeléctrico en bandas bajas, medias y altas, con reglas claras y procesos de adjudicación orientados a incrementar tanto la cobertura como la mejorar los servicios, entre otros aspectos.
El reporte “Mejores prácticas internacionales para el desarrollo de Infraestructura de redes 4G y 5G en América Latina” puede ser descargado aquí.