El primer Índice de Inclusión Técnica de Galileo revela que más de la mitad de las organizaciones en México enfrenta pérdidas significativas por mantener infraestructuras obsoletas.
La resistencia a modernizar procesos tecnológicos está costando caro a las empresas mexicanas. Según el primer Índice de Inclusión Técnica de Galileo Financial Technologies, el 54.6% de las organizaciones del país pierde al menos 10% de su negocio potencial debido a infraestructuras técnicas obsoletas. El dato más alarmante: uno de cada cuatro empresarios estima que sus pérdidas superan el 20%.
El estudio, basado en entrevistas a más de 600 directores de tecnología e informática en Argentina, Brasil, Colombia, México y Estados Unidos, introduce el concepto de inclusión técnica: la capacidad de una empresa para convertir su infraestructura, recursos humanos y procesos en puentes —no barreras— hacia la accesibilidad tecnológica universal.
Los números revelan una paradoja. México cuenta con una población conectada y dispuesta a adoptar soluciones digitales, pero las empresas carecen de la arquitectura técnica para capitalizarlo. El problema no es la demanda, sino la oferta tecnológica.
Barreras ocultas que sangran ingresos
El análisis identificó tres obstáculos principales. Primero, los sistemas heredados incompatibles entre sí, que obligan a las empresas a elegir entre mantener operaciones actuales o innovar. Segundo, vulnerabilidades de seguridad y cumplimiento normativo que paralizan iniciativas. Tercero, resistencia cultural al cambio dentro de las organizaciones.
El sector de viajes y hospitalidad enfrenta el escenario más crítico. El 75% de los líderes tecnológicos de este rubro afirma que las vulnerabilidades de seguridad ralentizan sus esfuerzos de accesibilidad. Además, el 50% reconoce que lanzar una nueva función inclusiva para empleados o clientes sería “difícil” o “impensable” debido a problemas de integración.
La exclusión técnica no es abstracta. Se traduce en clientes potenciales que abandonan procesos de registro complicados, en segmentos desatendidos que las empresas no pueden alcanzar, y en oportunidades de negocio que se evaporan por fricciones tecnológicas evitables.
La brecha entre México y Estados Unidos
El estudio también midió la percepción sobre priorización futura de la inclusión. En Estados Unidos, el 74.8% de los encuestados considera probable que los directivos prioricen la inclusión en estrategias de modernización. En América Latina, la cifra desciende a 68.9%.
México muestra señales mixtas. El 34.5% de los líderes tecnológicos cree que esta priorización es “muy probable” en sus organizaciones, apenas por debajo del 35% reportado en Estados Unidos. Sin embargo, esta cercanía en percepción no se refleja en resultados concretos.
Modernización como ventaja competitiva
El informe desmitifica la modernización tecnológica como un gasto operativo. Los datos la posicionan como decisión estratégica que definirá qué empresas liderarán el mercado. La diferencia entre acceso y inclusión real radica en crear experiencias sin fricciones, seguras y verdaderamente accesibles.
Para el 80% de los empresarios encuestados, la inclusión es fundamentalmente un desafío técnico y tecnológico, no solo de voluntad o políticas corporativas. Esta percepción subraya la urgencia de inversión en infraestructura, no en declaraciones de intención.
México enfrenta una encrucijada. Puede aprovechar su población digitalmente activa modernizando infraestructuras, o puede seguir dejando dinero sobre la mesa por mantener sistemas que excluyen más de lo que incluyen. Los próximos años dirán si las empresas mexicanas entienden que la inclusión técnica no es responsabilidad social, sino inteligencia de negocios.
El estudio completo de Galileo Financial Technologies está disponible en su sitio web y ofrece un marco de referencia para directores de tecnología que buscan cuantificar el costo real de la exclusión técnica en sus organizaciones.