Con casi un siglo de historia en sus espaldas, la empresa Bendix se ve a si misma en el futuro de los vehículos comerciales.
Los retos de seguridad, eficiencia e innovación siguen allí. Como siempre. Y la empresa los encara parada sobre su legado.
Es inevitable que la mayoría de los seres humanos, por naturaleza, piensen que la tecnología es como las montañas o el cielo: siempre han estado (y estarán) allí.
Así, mientras hoy se busca la forma de hacer a los vehículos más amigables con el ambiente ente, olvidamos que en siglo XVII, la automación se hizo realidad con máquinas de vapor.
Los autos, tal como los conocemos hoy en día son, básicamente, una obra tardía del siglo XIX, al que le llevó todo el XX llegar a los vehículos que conocemos hoy.
Buena parte de esa historia es, también, la historia de Bendix. Desde su fundación en 1930, la empresa se ha distinguido por ser trabajar para ser sinónimo seguridad y eficiencia en el sector de vehículos comerciales.
Así, lo que comenzó como una compañía enfocada en frenos de aire se ha transformado en una empresa global en sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) y soluciones para la gestión de energía.
“Bendix siempre ha estado en la intersección de la innovación y la responsabilidad. Nuestros productos ayudan a las flotas a recorrer las carreteras de hoy, mientras que nuestra fuerza laboral impulsa las soluciones del mañana”, reflexionó el presidente y CEO de Bendix, Piotr Sroka.
Un siglo de evolución e innovación
Cuando Bendix-Westinghouse Automotive Air Brake Company abrió sus puertas en 1930, tuvo como sede la ciudad de Wilmerding, Pensilvania. En 1941 la compañía trasladó su sede al noreste de Ohio, donde permanece hasta la fecha.
En la actualidad, la compañía forma parte de Knorr-Bremse, grupo alemán líder en soluciones de frenado para vehículos ferroviarios y comerciales, lo que ha permitido a Bendix triplicar su tamaño y expandir su impacto a nivel mundial.
El compromiso de Bendix con el futuro se refleja en el desarrollo de soluciones como Global Scalable Brake Control (GSBC) y Global Scalable Air Treatment (GSAT), dos sistemas diseñados sobre una arquitectura modular que facilitan la transición hacia vehículos eléctricos y automatizados.
Estas innovaciones se producen en la nueva Planta 4 de Bendix en Acuña, México, equipada con automatización avanzada y controles ambientales estrictos para asegurar la calidad y eficiencia en la fabricación.
“GSBC y GSAT representan lo mejor de nuestro enfoque: una sólida colaboración global y décadas de conocimiento comprobado sobre productos”, resaltó Piotr Sroka, quien también ejerce como director de operaciones de Bendix.