El mercado de semiconductores no da señales de anticipar una crisis de suministro similar a la de 2020.
Pero la restricción de China sobre los metales claves de este proceso es una bomba de tiempo. Y de precios.
La guerra tecnológica entre Estados Unidos y China parece estar llegando a un punto en que sus efectos serán palpables a partir del próximo año.
Y es que la batalla en el mercado de los semiconductores no puede ignorarse.
Cuando empresas como Apple o OpenIA evalúan aumentar su producción o comenzar a desarrollar sus chips propios, hablamos del más de un mercado que podría verse afectado por el minimo cambio.
Después de todo, ambas empresas son referencia en sus respectivos sectores, pese a que OpenIA hasta hace muy poco era desconocida por las masas.
Lo cierto es que, los primeros triunfos lucieron del lado de Estados Unidos. De hecho, sus presiones lograron – contra todo pronóstico – desacelerar la economía china.
En respuesta, el gigante asiático repondió con la carta en la manga de cualquier conflicto: las materias primas.
En este caso, son dos minerales raros, esenciales para la actual producción de semiconductores y que, además, son producidos casi exclusivamente por China.
Nos referimos al galio y al germanio.
Naturales por proceso
Lo cierto es que estos dos materiales fundamentales para la elaboración de semiconductores no tienen, en sentido eatricto, una mina en ningun país.
De hecho, pertenecen a los denominados metales menores. ¿Qué significa esto? Pues que no se encuenttan en foema pura en la naturaleza.
Dicho de otra manera, son el resultado de reacciones o, más bien, residuos o descomposiciones de otros materiales como el carbón, el zinc y la bauxita.
Esto, a la larga, es una buena noticia para América Latina, pues la región posee reservas de ambas materias primas, aunque aun no produzca galio y gemanio.
Esto podria cambiar. Si las medidas de restricción de exportaciones de China se mantienen, tanto Chile como Estados Unidos, por ejemplo, podrían reconvertir algunas de sus minas.
Esto se suma al hecho de que Mexico es la nueva sede de algunas fábricas de productos tecnológicos, con la intención de reducir la dependencia de la region de los productores asiáticos: China, Corea del Sur, Taiwan y Hong Kong.
Traer la producción de galio y germanio al continente enriqueceeria sustancialmente la cadena de valor del sector TI y podría ser la puerta a un nuevo mundo.
En detalle
Según un informe sobre el contraataque Chino a las medidas estadounidenses en su contra, MIT Technology Review en español (MITTRE) señaló lo siguiente sobre estos minerales que:
- El galio, por lo general, se produce en el proceso de extracción de zinc y alúmina (óxido de aluminio)
- El germanio, por su part, se adquiere durante la extracción de zinc o se separa del lignito (carbón mineral)
La publicación hace dos señalamientos que resultan muy relevantes a la hora de comprender la actual situación.
Por supuesto, MITTRE recuerda que, en lo que al mundo se refuera, China produce, aproximadamente:
- 60% del germanio
- Y el 90% del galio
Más importante aun es, sin embargo qué, aunque diertaa la impresión de que produce casi todo lo que utiliza el resto del mundo, la palabra clave es esa: los demás.
Porque China, según la publicación del MIT (he aquí los dos señalmientos interesante a los que hicimos referencia):
- No tiene capacidad para convertir estos materiales ni en semiconductores o productos ópticos de última generación
- Por ello, el China exporta casi la totalidad de su producción a empresas de Japón y Europa
Un arma, una oportunidad
Los analistas del MIT estiman qué el sistema de licencias de exportación establecido por China para estos materiales dejarán por fuera a las empresas estadounidenses vinculadas con los sistemas de defensa.
También es probable que se limite el acceso a estos materiales a empresas y países aliados de Estados Unidos.
Los efectos están por verse pero, si efectivamente Estados Unidos quiere superar en el largo plazo las dependencias de los países asiáticos, deberá mirar a su mercado natural.
Las empresas mineras tanto del Congo como Rusia ya han expresado su intención de aumentar la producción de germanio. Otras naciones como Canadá, Alemania, Japón y, el mismo Estados Unidos, había reducido anteriormente su producción por la abundancia que mostraba China.
Del mismo modo, las naciones de América Latina con carbón, zinc y bauxita resultarán aliados naturales para reconvertir estos productos, con mira a proteger el desarrollo tecnológico de Occidente.
La minería global está tomando un nuevo impulso debido a esta política China y no se vislumbra la manera de sustituir a los semiconductores en el corto plazo.
Los gobiernos de América Latina deben evaluar sus políticas. La oportunidad está ahí.