Con una experiencia de más de cuatro décadas en la gestión del tráfico aéreo, Indra ha transformado completamente los sistemas de control y vigilancia en países como Chile, Colombia, Panamá y Perú.
Indra ha reforzado su posición como pionero en la modernización de la actividad aeronáutica en Latinoamérica y el Cono Sur. Con una experiencia de más de 40 años en la industria, la compañía ha transformado por completo la gestión del tráfico aéreo en la Región Andina, Centroamérica y El Caribe, estableciéndose como el principal proveedor en este sector.
En este artículo, exploraremos los hitos más recientes de Indra en el ámbito de la gestión del tráfico aéreo. Desde sus logros notables en Chile, donde todos los vuelos comerciales son asistidos por sus sistemas tecnológicos, hasta sus colaboraciones estratégicas con organizaciones como la Corporación Centroamericana de Servicios de Navegación Aérea (COCESNA).
Chile: soporte a vuelos comerciales
Indra ha logrado un hito significativo en Chile, donde el 100% de los vuelos comerciales son asistidos por sus sistemas tecnológicos. Operando en 6 de los 7 centros automatizados del país y con 4 radares estratégicamente ubicados, la tecnología de Indra ha elevado los estándares de seguridad y eficiencia en el tráfico aéreo chileno.
Colombia: eficiencia y seguridad
En Colombia, Indra ha sido una fuerza motriz en la transformación de la industria aeronáutica. Modernizando todas las infraestructuras de gestión del tráfico aéreo, la compañía ha contribuido a convertir el espacio aéreo colombiano en uno de los más eficientes y seguros del mundo. Además, la implementación del simulador de Control de Tránsito Aéreo más moderno del continente, ubicado en Bogotá, ha mejorado la formación de controladores aéreos, asegurando la excelencia en su labor.
“Gracias a esta tecnología de la compañía, la región se pone a la vanguardia en entrenamiento de control de tránsito aéreo, permitiendo una mayor seguridad operacional y eficiencia en la industria aeronáutica en Colombia”, afirmó Fernando Ayala Ferraro, director de Indra para la Región Andina, Cono Sur Centroamérica y el Caribe.
Panamá: vigilancia de última generación
En Panamá, Indra ha desplegado el radar primario-secundario (PSR2D-MSSR-S), equipado con tecnología ADS-B, uno de los sistemas de vigilancia aérea más avanzados. Cubriendo las operaciones de tránsito aéreo en los principales aeropuertos del país, este sistema garantiza una vigilancia precisa y segura del tráfico aéreo entre Suramérica, Centroamérica y Norteamérica.
COCESNA: modernización a cielo abierto
Indra también colabora estrechamente con la Corporación Centroamericana de Servicios de Navegación Aérea (COCESNA), gestionando todo el espacio aéreo superior de Centroamérica. En un ambicioso proyecto a seis años, Indra actualizará los sistemas de gestión del tráfico aéreo y armonizará los Centros de Control de Aproximación (APP) y el Centro de Control de Área (ACC) de COCESNA. Esta iniciativa no solo mejorará la eficiencia del tráfico aéreo regional sino que también reducirá significativamente las emisiones y el consumo de combustible de las aeronaves, contribuyendo así a la sostenibilidad medioambiental.
“El proyecto permitirá que el tráfico aéreo de la región sea más eficiente y sostenible, mejorando las rutas y disminuyendo de forma notable las emisiones y el consumo de combustible de los aviones. La red de centros de control, que COCESNA instalará, estará dotada con uno de los sistemas de comunicaciones más avanzado del mercado, 100% digital y con capacidad de asumir, en caso de ser necesario, las funciones del resto de los sistemas, lo que proporcionará los máximos niveles de seguridad y resiliencia”, anotó Fernando Ayala.
Perú: vigilancia aérea avanzada
En Perú, Indra ha modernizado ocho estaciones del radar de vigilancia aérea, aumentando la precisión y calidad de los datos recopilados y ampliando su cobertura. Además, ha desarrollado el primer radar transportable de control aéreo en el país, con capacidad para hacer frente a cualquier emergencia a nivel nacional. Esta inversión de 1.8 millones de dólares asegura una respuesta rápida y efectiva ante situaciones críticas.