Mientras el dueño de Tesla, Elon Musk, echa para atrás su propuesta de adquisición de Twitter,el proceso se complica y extiende en los tribunales.
Con información de Digital Too
¿Quién dice que el mundo de la tecnología y las finanzas es frío y aburrido? Pues no lo es si se trata de Elon Musk.
Quienes sospecharon de un posible naufragio de la operación compra de la red social Twitter, vista aparentamente infinita lista de peticiones por parte del dueño de Tesla, tuvieron razón.
Parecía que el hombre más rico del mundo buscaba razones para no hacer lo que decía que quería hacer. Y, por supuesto, las encontró.
Luego de haber causado incertidumbre y resquemor al señalar lo que la “nueva” Twitter sería o dejaría de ser esto o aquello; de haber amenazado con despidos masivos y decir – de entrada – que la empresa saldría del mercado de capitales que – justo – le permitía comprarla, ahora la empresa no es lo suficientemente buena.
Así, con la excusa de que la empresa no ha respondido a todas sus solicitudes de información, Elon Musk quiere poner fin a su acuerdo de USD 44.000 millones para comprar la red social Twitter, a la que juró que haría más abierta a todas las opiniones y más cerrada de capitales.
Cosas del capitalismo
Lo cierto es que, desde el principio, no faltaron las demandas, peleas y escándalos.
Desde que Musk expresó que quería comprar más delo establecido en statutos hasta cuestionar las decisiones “políticas” de la previa junta directiva parecía tener siempre de más de objeciones sobre la red de los trinos.
Por ahora, los mercados parecieran estar respaldando a Musk quien rompió el viernes su acuerdo del 25 de abril para comprar la plataforma de redes sociales.
No obstante, con Twitter prometiendo obligarlo a cumplir (después de todo, tienen meses socavando el valor de la empresa al cuestionar sus políticas, prácticas y decisiones), las dos partes enfrentan una batalla legal potencialmente prolongada que aún podría costarle a Musk miles de millones de dólares, según expertos legales.
Por ahora, Elon Musk parece tener todo a favor, con alrededor de US$ 8.500 millones en efectivo recaudados por la venta de acciones del fabricante de automóviles a fines de abril para financiar la adquisición de Twitter.
Señales confusas, ¿a favor de Musk?
Sí: el empresario vendió durante la última semana de abril 9,6 millones de acciones de Tesla a un precio medio de unos US$ 885 por acción.
Ahora que – después de todo, no quiere la red social – no está obligado a volver a comprar en Tesla.
Por ahora, los mercados lo premian: un análisis de la agencia Reuters señala que, desde la venta de acciones de Tesla en abril, la acción ha caído un 19%, con esta y otras acciones de crecimiento golpeadas por las preocupaciones de los inversores sobre la inflación y una posible recesión.
Si Musk no hubiera vendido esas acciones de Tesla, ahora valdrían casi US$ 1.600 millones menos.
Por su parte, las acciones de Twitter bajaron alrededor de un 6% como consecuencia de la revelación de que, supuestamente, habían incumplido sus compromisos y, por eso, se retiraba la oferta.
El presidente del consejo de administración de Twitter, Bret Taylor, dijo que la compañía aún pretende cerrar el acuerdo. Es más, el ejecutivo amenazó con emprender acciones legales para hacer cumplir el compromiso.
Pero la semana apenas comienza.