Antes de comenzar las operaciones en uno o varios metaversos, las empresas deben implementar medidas de seguridad para protegerse y cuando corresponda, cercar sus activos en el mundo físico.
A medida que las empresas exploran las amplias posibilidades del metaverso, es esencial considerar también los riesgos muy reales que plantean los mundos virtuales de este espacio dinámico, según el último informe de la firma global de abogados, Baker McKenzie. En el tercero de una serie de cinco partes de TMT Looking Ahead 2022, este informe proporciona conclusiones claves y consejos prácticos para mitigar los riesgos en el sector del entretenimiento interactivo (IE).
Los espacios de metaverso se pueden definir como un entorno digital simulado que utiliza la realidad aumentada, la realidad virtual y el blockchain, junto con conceptos de las redes sociales, para crear espacios para una rica interacción del usuario que imita el mundo real. Es la próxima generación de Internet, que permite a los creadores ofrecer experiencias inmersivas y conectadas basadas en actividades.
El concepto de metaverso ha dominado los titulares recientemente y algunas de sus primeras aplicaciones han obtenido una inversión de capital increíble, brindando a las empresas nuevas oportunidades atractivas para posicionar sus marcas, productos y servicios de una manera innovadora y estimulante. Las empresas aún tienen la oportunidad de posicionarse como pioneras y aprovechar la ventaja de estar entre los primeros usuarios, pero también deben desarrollar estrategias para enfrentar los desafíos que plantea la protección de sus activos de IE y la aplicación de los derechos de propiedad intelectual relacionados.
Protección de los activos físicos ante el metaverso
Antes de comenzar las operaciones en uno o varios metaversos, las empresas deben implementar medidas de seguridad para protegerse y cuando corresponda, cercar sus activos en el mundo físico., tal y como reflexiona José María Méndez, socio en Baker McKenzie.
“Las empresas deben analizar si las actividades que pretenden desarrollar en un metaverso pueden dar lugar a activos susceptibles de protección (por ejemplo, interfaces de usuario, avatares, etc.) y de ser así:
(i) qué tipo de protección de PI se adapta mejor a estos activos y proporciona el más alto nivel de protección, así como
(ii) cómo se llevarán a cabo las medidas de cumplimiento en este espacio interactivo cambiante”.
Dado que la actividad en un entorno de metaverso genera un gran volumen de datos, que pueden ser de gran valor para las empresas, las empresas de IE están acelerando su adopción de servicios en la nube. Las adquisiciones recientes muestran la importancia de que las empresas cuenten con una infraestructura de nube sólida. También la reducción de los riesgos cibernéticos a través de una gestión adecuada de los datos seguirá siendo un pilar importante de cualquier programa de seguridad.
Al comentar sobre la regulación de contenido, Dominic Edmondson, asociado senior de Baker McKenzie dice: “El mismo contenido puede causar diferentes problemas legales en diferentes jurisdicciones, según los reguladores locales y las opiniones de los tribunales sobre la libertad de expresión, la protección infantil, los derechos políticos, las apuestas y otros temas”.
Los creadores de varios mundos virtuales también se centran en el diseño de entornos en los que las partes pueden comprar y vender productos y servicios, y realizar transacciones en pagos tanto de moneda fiduciaria como virtual. Esto pone en juego complejas regulaciones financieras específicas de cada jurisdicción. Las empresas que inviertan en este espacio requerirán una comprensión técnica aguda de parte de sus asesores legales como un medio para controlar el riesgo en estos nuevos proyectos.