El informe de FICO sobre el fraude muestra que auge del trabajo remoto ha evidenciado la vulnerabilidad de las empresas de la región.
A estas altura, América Latina y sus Pymes tienen claro que el perfil y tamaño de nuestras empresas no es una vacuna que nos libra de los ciberataques. Todo lo contrario.
La región ha pagado con pérdidas y esfuerzos redoblados la inocencia de que los hackers tendrían en otras latitudes opciones más interesantes.
Los piratas informáticos, en realidad, prefieren lo fácil y la región destacó en 2020 por indefensa.
Por supuesto, no samos las únicas víctimas, entre otras cosas porque las tecnologías antifraude actuales demostraron ser insuficientes para que 59% de las compañías del mundo se adaptaran a los cambios en el comportamiento del consumidor provocados por la pandemia.
Tal es uno de los principales resultados de una encuesta global conducida por la empresa de investigación Omdia, en asociación con FICO. Para la misma se entrevistaron a los principales ejecutivos de tecnología y cumplimiento de las instituciones financieras más grandes de Brasil, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y los países nórdicos.
El gran experimento global
Los entrevistados coincidieron en que 2020 resultó en un gran experimento social del que apenas comenzamos a vislumbrar los alcances.
Entre los hallazgos más importantes de la encuesta realizada por Omdia y FICO destaca que:
- 61% consideró que los principales desafíos fueron la velocidad para implementar modelos nuevos.
- 57% estimó como mayor reto la actualización de las plataformas existentes.
- 51% consideró como desafío incrementar el rendimiento de las plataformas actuales.
- 46% reconoció haber sido desafiado por el uso de múltiples sistemas en los procesos operativos.
- Mientras que 41% encontró su reto en el costo de los sistemas tecnológicos.
Fabrício Ikeda, director del área de Fraude en FICO América Latina destacó que la falla de los sistemas de detección de fraude aumentó el número de falsos positivos, que afectó a la experiencia del cliente final y a los resultados corporativos.
Correcciones en progreso
Ikeda señaló que los sistemas de detección de fraude más antiguos no lograron adaptarse de forma rápida y eficaz a los cambios en el comportamiento del consumidor.
“Los resultados del estudio muestran las vulnerabilidades causadas por utilizar software fragmentado y desactualizado para gestionar el fraude y los delitos financieros en un ambiente completamente digital, incluyendo lagunas en flexibilidad, eficiencia y análisis de datos”.
Por otro lado, la mayoría (el 61% de los participantes) en la encuesta considera que el trabajo a distancia tuvo un gran impacto en la prevención eficaz del fraude y delitos financieros en sus organizaciones durante los últimos 12 meses.
No obstante, el ejecutivo considera que ahora que han comenzado a levantarse las restricciones creadas por el Covid-19 en Brasil y otros países de la región, las vulnerabilidades se hacen más evidentes.
“Observamos que varios sectores enfrentan dificultades para operar en un ambiente de trabajo a distancia, en parte debido a la ineficacia de las tecnologías existentes que hay estado bajo presión, en especial en el segmento de del fraude y el delito financiero”, afirmó el especialista de FICO.