América Latina enfrenta el desafío de avanzar en el desarrollo de sus sistemas de salud. Los temas de cobertura insuficiente o baja calidad en la atención al usuario son bastante comunes en la mayoría de países latinos.
Para dar un ejemplo de los puntos débiles en los sistemas de salud, el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae) realizó en diciembre de 2018 una encuesta aplicada a 1.281 trabajadores de la salud de 18 países de América Latina. Este ejercicio académico identificó que problemas como la incapacidad del sistema, filas de espera e inclusive el fraude, son recurrentes en los sistemas de salud de la región.
Es así como los diferentes actores dentro del sector salud, tanto en el rubro público como en el privado, enfrentan grandes desafíos para desarrollar sistemas sostenibles que mejoren la calidad, seguridad y cobertura de los hospitales.
Sin duda, la innovación y la actualización son fundamentales para alcanzar esta meta, y ya varios países han empezado con esta misión desde el punto de vista de inversión. Chile, por ejemplo, anunció que 57 nuevos hospitales estarían construidos en 2026, iniciativa que hace parte del compromiso del Plan de Inversiones que lanzó el Gobierno para modernizar la red pública de salud. Asimismo, Colombia confirmó que para 2022 estarían listos nueve hospitales nuevos en Bogotá y Medellín. En esta misma línea, los ministerios de salud de Ecuador y Perú también han manifestado acciones concretas para mejorar las infraestructuras de sus redes de salud.
Sin embargo, para resaltar estas inversiones como se merecen, esta ola de modernización tendría que venir acompañada de decisiones inteligentes, y soluciones que realmente ayuden a mitigar los problemas descritos.
Identificación segura para el hospital moderno
Uno de los mayores referentes a nivel mundial en sistemas de salud es Estados Unidos. Norteamérica cuenta con un sistema altamente regulado, el cual se vitaliza gracias a la incorporación de tecnologías que lo ayudan a mejorar sus procesos de operación.
Uno de esos procedimientos es el de identificación segura de personas, lugares y cosas. Esta práctica ha traído tan buenos réditos a los sistemas de salud norteamericanos, que es importante analizar cómo funcionan.
Aunque en una primera reflexión no se dimensione como se merece, la identificación segura ayuda a contrarrestar inconvenientes en procesos como el flujo de personas, fraude, robos y la seguridad en general de los centros médicos.
Los sistemas de control de acceso de hoy por ejemplo son muy avanzados. Un software en particular puede encargarse de recibir la información del usuario durante el registro y automáticamente integrarlo con el sistema de control de acceso para evaluar los permisos de acceso a los diferentes espacios, e inclusive gestionar la emisión de una tarjeta temporal para visitantes.
Por varias razones, el uso de llaves tradicionales en los hospitales quedó en el pasado. Ahora existe una gran variedad de alternativas de lectores y codificadores que se pueden integrar con las diferentes tecnologías de la clínica. En la actualidad, es posible incorporar tarjetas de acceso basadas en tecnologías anticlonación, o inclusive implementar el acceso móvil, creando identificaciones para los empleados y ejecutivos en sus dispositivos móviles con las mismas características de seguridad y manejo de permisos.
Ahora bien, las credenciales físicas siguen siendo de suma importancia en este proceso, pues algunas regulaciones requieren una identificación física para que todos los pacientes y sus familias las vean. Este tema puede ser fácilmente solventado con las últimas soluciones en impresión de tarjetas de identificación, las cuales ofrecen funciones de personalización y seguridad que minimizan la falsificación y simplifican del proceso de emisión, haciendo posible imprimir una tarjeta en menos de un minuto, lo que se traduce en sustanciales ahorros en tiempo e inversión para las instituciones de salud.
Asimismo está el tema de la biometría, que ayuda a proteger la identidad de los pacientes y a reducir el fraude en este tipo de las instituciones. La tecnología biométrica es particularmente adecuada en el tema de registro y autenticación de los afiliados al centro de salud, debido a su capacidad inherente para evitar que un usuario tome la tarjeta de otra persona y obtenga acceso a recursos privilegiados.
Aunque suene raro, para muchos programas de beneficios sociales es fundamental comprobar que el beneficiario está vivo y presente en el momento de la transacción para evitar el fraude. La tecnología de imágenes multiespectrales, por ejemplo, lee las características únicas de la huella dactilar tanto de la superficie como de la siguiente capa de la piel de los dedos, y realiza una detección mejorada de huella viva en tiempo real, comparando las características ópticas del material que se presenta contra las características conocidas de la piel viva para determinar si el dedo es real o falso.
Finalmente, hay otra tendencia en la que los sistemas de salud se pueden favorecer con el uso de la tecnología de identificaciones seguras: la atención domiciliaria.
Los sistemas aprovechan las identidades de confianza para agilizar las visitas de pacientes a domicilio y eliminar el fraude en la facturación. Existen soluciones que combinan etiquetas NFC, aplicaciones móviles, servicios de autenticación en la nube y aplicaciones web confiables para simplificar la “prueba de presencia” al facilitar la documentación del tiempo, la ubicación y la entrega precisa de la atención prescrita.
En definitiva, todas estas prácticas estandarizan el manejo de las identidades para recopilar, procesar y analizar tanto la identidad como otros datos de los usuarios y robustecer los niveles de seguridad y operatividad de los sanatorios.
Mejor gestión del flujo de pacientes con IoT
Casi todos los entornos de atención hospitalaria quieren mejorar el flujo de pacientes, salas de emergencia abarrotadas, horarios de cirugías complicados, engorrosas transferencias de pacientes entre departamentos, desvíos de las ambulancias, largos tiempos de espera para recibir atención o, lo que es peor, pacientes que abandonan el tratamiento debido a esos tiempos de espera.
Para atenuar esas dificultades, sería ideal registrar los datos que muestren qué llevó desde un principio a un paciente a esta situación, aunque estos datos son por lo general difíciles de reunir.
Se han introducido soluciones informáticas, pero sigue siendo un desafío monitorear el ciclo completo del trayecto que sigue un paciente a lo largo del flujo de la atención hospitalaria. Si bien la migración a los registros médicos electrónicos resolvió el problema de los datos compartimentados, los sistemas aún dependen del ingreso manual de la información; un proceso que normalmente no se lleva a cabo en tiempo real.
Ahora, utilizando soluciones escalables en la nube con sensores, los hospitales pueden medir cada una de las áreas de la experiencia de sus pacientes y automatizar procesos clínicos obsoletos mediante soluciones modernas de servicios de localización. Las aplicaciones implementadas en una nube IoT (Internet de las cosas), que utilizan Bluetooth de bajo consumo (BLE), proporcionan datos de localización en tiempo real que alimentan las soluciones para los principales puntos problemáticos del flujo de pacientes.
Con los servicios de localización, que funcionan con la tecnología Bluetooth de bajo consumo (BLE), los hospitales pueden hacer seguimiento de la experiencia de los pacientes desde el ingreso hasta el alta. Los tiempos de espera de los pacientes en los ingresos, en las salas de exámenes, las farmacias, o incluso los desplazamientos por los pasillos; todo esto puede ser supervisados de cerca. Gracias a estas soluciones, los hospitales pueden medir el nivel real de sus tiempos de servicio; en otras palabras, el tiempo real en que los pacientes participan en el flujo de atención.
Esto trae innumerables ventajas. Por ejemplo, la posibilidad de automatizar alertas para que los médicos examinen a los pacientes que han estado esperando durante más tiempo de lo normal o de acelerar los ingresos al permitir que los pacientes se registren con sus teléfonos inteligentes a través de aplicaciones móviles que detectan su ubicación.
Aunque esta tecnología puede no estar aún masificada en América Latina, como se mencionaba anteriormente, en Norteamérica se usa activamente y de manera exitosa, entonces podría verse en nuestra reiión en cualquier momento.