La computación cuántica llegará. Y Microsoft está decidida a impulsar el proceso con una memoria criogénica que reemplace a las flash actuales.
Si los PCs tradicionales, smartphones y tablets pueden sufrir incrementos en sus precios en los próximos tres años debido a la escasez de memorias y otros componentes, es claro por qué en nuestro inconsciente colectivo la palabra “caro” está indefectiblemente asociada a “computación cuántica”.
Pero no tiene por qué ser así: y Microsoft trabaja EXPRESAMENTE para que no lo sea. Sus planes entusiastas en torno a la computación cuántica incluyen que la misma pueda no ser un lujo de pocos, está intentando desarrollar una nueva tecnológica que permita sustituir las de las memorias existentes como DDR DRAM.
No sólo eso: “mucha energía” es otra cosa que suena a “computación cuántica”, probablemente porque pensamos en una computadora enorme, como las de los años 70s.
Y parece que tenemos razón porque Microsoft se ha asociado con la firma Rambus para co-diseñar, desarrollar y construir prototipos de computadoras con subsistemas de memoria que pueden ser enfriados a temperaturas criogénicas, normalmente por debajo de menos 180 grados Celsius o menos 292 grados Fahrenheit.
Ese tipo de cosas se usa SOLO cuando necesitamos enfriar mucho y muy rápido algo que genera MUCHO calor. Mucho calor = Mucha energía. Sigue sonando a mucho dinero.
Por ello, la criogenia va de la mano con las computadoras cuánticas pues, aunque prometen ser mucho más rápidas que las PC y los servidores de hoy e incluso pueden reemplazarlas ya lo hemos dicho: los sistemas son notoriamente inestables y necesitan ser almacenados en refrigeradores para una operación más segura.
Disrupción en frío
Microsoft está persiguiendo agresivamente el hardware y el software de la computadora quántum y, a finales del año pasado, reclutó algunos investigadores superiores en el campo.
La compañía también está desarrollando un conjunto de herramientas de software avanzado para funcionar con la computadora cuántica. Pero su sistema se basa en una nueva topología, materiales exóticos y una partícula no descubierta y podría tardar años o incluso décadas antes de su lanzamiento. Rambus, por su parte, es conocido por desarrollar tecnología de memoria y luego licenciarla.
La idea de la memoria criogénica fue explorada por primera vez en 1991, pero Rambus y Microsoft están mejorando el concepto con las tecnologías modernas. Las dos compañías comenzaron a colaborar en la investigación a finales de 2015. Ahora, planean construir prototipos de sistemas con la memoria, aunque no se ha anunciado ninguna fecha de lanzamiento.
Esta nueva tecnología se propone como un posible reemplazo de las tecnologías de memoria existentes como DDR DRAM. Los servidores se están cargando con más memoria para ejecutar aplicaciones como el aprendizaje y el análisis de las máquinas y una pequeña caja de memoria criogénica podría reemplazar grandes matrices de DRAM de acumulación de espacio. La memoria criogénica también se está desarrollando para los supercomputadores.
Pero, ¿acaso la criogenia y estos grandes refrigeradores no consumen (también) mucha, mucha, electricidad? Ehhhh, si: las facturas TODAVÍA serán enormes, lo cual afectará la velocidad de adopción de estas tecnologías.
En definitiva, aunque los supercomputadores que funcionan con enfriamiento estándar basado en ventiladores o líquidos podrían usar la memoria criogénica que Microsoft está desarrollando, operando a temperaturas más bajas, la adopción dependerá del precio de la conversión a la nueva memoria. Habrá que esperar.